Hace en Bruselas su Erasmus, vive en una residencia y recibe una visita inesperada mientras duerme: “Para”

Eran sus compañeras de habitación las que mostraban a través de sus redes sociales el momento en el que recibía esta visita

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Bruselas

Redacción digital

Madrid - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

La pregunta es obvia: cuando eras joven, ¿llegaste a irte de Erasmus? Ya sabes, ese programa de las universidades que te permite pasar unos meses o un año en una universidad europea, completando tu plan de estudios. Los hay quien deciden irse a Roma, a Varsovia, a París o a Berlín. Cualquier sitio es bueno, porque es toda una experiencia.

Y por si no lo sabías, tenemos que decirte que España es el destino al que más estudiantes europeos quieren venir. De hecho, en 2022, recibió a más de 42.000 alumnos extranjeros. Por debajo está Alemania, con la mitad de estudiantes de los que recibe España, Francia e Italia. Precisamente este país, de una cultura muy parecida a la nuestra, recibe unos cuantos españoles.

Estudiantes como Lucía, que han decidido dejarlo todo y vivir la experiencia completa de un Erasmus. En su caso, se ha ido, junto a otras amigas, a Bruselas.

La capital de Bélgica es uno de los destinos favoritos de los estudiantes, entre otras cosas, porque no está tan lejos de España, y por su calidad de vida.

Como muchos estudiantes que se marchan a vivir esta experiencia, Lucía optó por vivir en una residencia de estudiantes y compartir habitación, y estancias en general, con otras personas de su misma edad.

Pues bien, mientras estaba durmiendo en su habitación, recibió una visita que no podía ser nada esperada.

      
             
      

Entran en su habitación mientras duerme

Ya sabes lo que suele ser una experiencia Erasmus, en la que, además de estudiar, sueles salir bastante de fiesta. Parece que los días no tienen fin, son muchas las discotecas y bares que se frecuentan, y conoces a infinidad de estudiantes de todas las nacionalidades.

Por eso, cuando llega el momento de dormir y descansar, tienes que aprovecharlo hasta el final. Y si en ese momento, alguien te despierta, puede que hasta te enfades.

Es lo que le pasaba a Lucía, que estaba plácidamente dormida cuando sus amigas la despertaron. Hasta ahí podría haber sido todo normal, si no fuera porque llegaban acompañadas de una inesperada visita: los bomberos.

      
             
      

Y es que habían evacuado el edificio y ella, que seguía dormida, estaba en la habitación. Sus amigas, preocupadas, regresaron con los bomberos a por ella.

“Hay un incendio, tía, hemos venido con los bomberos. Lucía, que están los bomberos, para. Nos han evacuado, hemos subido a por ti porque pensábamos que te estabas quemando. Casi lloramos” decían sus amigas entre risas.

Y sí, era completamente cierto, porque los bomberos se presentaron en su habitación. Eso sí, ella no tenía ninguna gana de despertarse, y continuó en la misma posición en la cama diciéndole a sus amigas “para”, mientras contemplaba impasible la escena.

      

Afortunadamente, no ocurrió nada, pero el susto se lo llevaron.

Vuelve a Valencia tras irse un año de Erasmus y su madre no le quiere recibir

Estudiantes como Marieta, que se encuentra haciendo un curso de Erasmus en Bolonia, Italia, y que ha regresado a casa después de estar cursando allí sus estudios, a Valencia. Ojo, porque cuando lo hizo, su madre no quiso recibirla.

Y es que ella llegaba de sorpresa y, por tanto, quiso grabar la reacción de su madre. Se preparó, se puso un trapo en la cabeza para que no la reconociera, y llamó al timbre. Entendemos que su madre decidió, entonces, echar un vistazo por la mirilla de la puerta, y no quiso abrirle en ningún momento. Llamó unas cuantas veces, pero nada.

Presa de la desesperación de que no pudiera abrirle la puerta, decidió destaparse y decirle a su madre, a través de la puerta, "ábreme, mamá", mientras su madre repetía "no, no me interesa". Después del agobio, le dijo repetidas que era ella, Marieta, ante la negativa de su madre de abrirle la puerta. Cuando, en un momento, dijo "mamá, soy yo", la madre volvió a echar un vistazo a la mirilla y vio que se trataba de su hija.

Finalmente, le abrió la puerta, y confesó que había confundido a su hija con una vendedora. Final feliz para esta familia, que no ha podido ocultar la emoción al ver regresar a su hija.

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