Clave para un tratamiento contra el cáncer: así podría ayudar este animal que no envejece ni siente dolor

La rata topo desnuda, originaria del cuerno de África, es una especie fascinante para los biólogos por su desafío a las leyes de la naturaleza: el secreto de la eterna juventud

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Les invito a conocer a un animal excepcional y fascinante: la rata topo desnuda

Raquel Pérez Polo

Madrid - Publicado el - Actualizado

8 min lectura

Si hay un insulto que molesta a cualquier ser humano sin distinción de sexo o edad es que te llamen rata (pese a que las rattus han sido y son indispensables para la ciencia, por la semejanza entre su genoma y el humano, en la investigación del cáncer, el sistema inmune, enfermedades infecciosas, diabetes, hipertensión, obesidad, enfermedades autoinmunes... y podría seguir).

Ahora, y después de escribir este artículo, les aseguro que si me quieren llamar rata topo desnuda, no solo no me lo tomaré como un ataque furibundo sino que lo recibiré con entusiasmo e, incluso, me sentiré halagada por lo que conlleva ser una Heterocephalus glaber. Además, como la belleza está en el interior (este es un ejemplo claro), el exterior: piel desnuda y arrugada, dientes prominentes, esa mezcla entre rata y topo sin pelo, no hacen de esta especie la más bella de la naturaleza, pero sí uno de los más fascinantes para nuestro futuro como género humano.

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Y, ¿en qué, en dónde reside la excepcionalidad de estos roedores lampiños? Una de las mayores expertas en estos animales desnudos que desafían entre otras leyes naturales, la de la longevidad, la bióloga Rochelle Buffenstein -directora del Departamento de Biología de la Universidad de Illinois en Chicago-, subraya que lo extraordinario de estos mamíferos, que permitirá ampliar nuestra comprensión de los mecanismos biológicos del envejecimiento, se encuentran en su transcriptómica unicelular.

RATA TOPO DESNUDA

Rata topo desnuda

Las ratas topo desnudas desafían la "ley de la muerte"

En 1825, el británico Benjamin Gompertz (experto en cálculos matemáticos y en conocimientos estadísticos aplicados a los seguros), elaboró la siguiente teoría -conocida como Ley de Gompertz o la ley de la muerte-: como la tasa de mortalidad suele expresarse como el número de muertes que tienen lugar en una población por año y por mil habitantes. Gompertz dedujo que la tasa de mortalidad en los humanos aumenta exponencialmente con la edad, y que lo hace de tal modo que la probabilidad de morir se duplica cada 8 años.

Vamos con un ejemplo: pongamos que usted tiene 55 años. Según el Instituto Nacional de Estadística la tasa de mortalidad para los españoles de 55 años en 2022 fue de 4,9 por cada 1.000 habitantes en el caso de los hombres y de 2,28 por cada 1.000 habitantes en el caso de las mujeres; es decir, la probabilidad de morir a la edad de 55 años -el pasado año-, fue de 4,9/1000 = 0,0049 en el caso de los hombres y de 0,0022 en el caso de las mujeres. Según la ley de Gompertz, si sigue vivo dentro de 8 años, su probabilidad de morir se habrá doblado. Es decir, cuando tenga 63 años, en 2030, esa probabilidad de morir del 0,0049 × 2 = 0,0098 si es hombre y del 0,0022 x 2 = 0,0044 si es mujer. Según el INE, esa probabilidad es del 0,0077 en hombres y de 0,0036 en mujeres. Si a los datos cuantitativos por edad les sumamos algunas malas costumbres como adicciones al alcohol o al tabaco o la falta de ejercicio en nuestro día a día, esa probabilidad de muerte aumenta mucho más atendiendo al modelo Gompertz.

Estamos hablando de humanos, pero si nos fijamos en la rata topo desnuda, el roedor más longevo conocido, su vida útil máxima es superior a 30 años. Los investigadores de esta especie J. Graham Ruby , Megan Smith y Rochelle Buffenstein concluyen que estos roedores eusociales del tamaño de un ratón no se ajustan a las leyes de mortalidad de Gompertz al no experimentar un riesgo de muerte exponencialmente creciente a medida que envejecen. "Recopilamos y analizamos un gran compendio de datos históricos de vida útil de ratas topo desnudas con más de 3.000 puntos de datos. A diferencia de todos los demás mamíferos estudiados hasta la fecha, e independientemente del sexo o el estado reproductivo, el riesgo de mortalidad específico por edad no aumentó con la edad, incluso a edades 25 veces superiores a su tiempo de madurez reproductiva. Esta ausencia de riesgo aumenta con la edad, desafiando la ley de Gompertz".

Para que contrasten y según el mismo estudio, "los ratones de laboratorio, mimados en un ambiente protegido con recursos ad libitum (a placer), viven solo la mitad del tiempo esperado en base al tamaño corporal y la esperanza de vida que está limitada por el riesgo intrínseco de muerte relacionado con la edad".

La posibilidad de morir de los humanos como de los mamíferos - perros, caballos o ratones-, entre otros, aumenta exponencialmente con la edad, de acuerdo con la ley de Gompertz; las ratas topo desnudas no envejecen de la misma manera que otros mamíferos, y de hecho muestran poco o ningún signo de envejecimiento, y "su riesgo de muerte no aumenta incluso 25 veces después de su tiempo hasta la madurez reproductiva".

Una apasionante vida en sociedad: roles muy definidos

Aún no les había contado que la rata topo desnuda es originaria del cuerno de África (Somalia, Yibuti, Eritrea y Etiopía), que habita en madrigueras, al no tener pelo ni una capa de grasa aislante bajo la piel tiene que regular su temperatura corporal en función de las fuentes de calor a las que se enfrenta en su día a día, de tal forma que si se encuentra con un ambiente muy caliente, se desplaza hacia un lugar más fresco de la madriguera, mientras que si tiene frío, busca un sitio caliente o se apiña para elevar entre todos la temperatura.

Nace una camada de la rata topo desnuda con el secreto de la eterna juventud

Esta especie ya es extraordinaria por ser el único mamífero de sangre fría; puede llegar a vivir 18 minutos sin oxígeno y hasta cinco horas con una cantidad de oxígeno mínima (un humano comienza a sufrir al minuto, incluso puede morir), para ello modifica su metabolismo y su cerebro consume fructosa como fuente de energía, tal y como lo hacen las plantas (este proceso puede ayudarnos a superar entre otras enfermedades una embolia que supone que el flujo del oxígeno hacia el cerebro se interrumpe provocando la muerte de las células cerebrales en minutos).

Y si nos fijamos en sus costumbres, esa excepcionalidad sigue aumentando: es una especie eusocial como las abejas y las hormigas -viven juntas dos o más generaciones; los adultos cuidan de las crías y están divididos en una casta reproductora y una casta no reproductora-. Tienen perfectamente definidos los roles con una reina líder de la colonia y el resto de individuos actúan como trabajadores. La reina es la única hembra fértil, el resto tiene su sistema reproductor anulado. En cada colonia (compuesta, al menos, por 60 individuos, pero pueden llegar a cohabitar hasta 300), viven de uno a tres machos que se reproducen con la reina y mantienen una relación que dura varios años. Si la reina muere, otra hembra será la que asume su papel para que la colonia siga funcionando.

Su inteligencia es de tal magnitud, dice la profesora de fisiología y metabolismo de la Universidad de Bradford, en el Reino Unido, Gisela Helfer, que si diseccionamos sus madrigueras veríamos las cámaras en las que anidan, las "guarderías" en las que cuidan a sus crías y los baños para mantener limpios sus hábitats.

Su sistema de comunicación entre ellas también es excelente, no lo saben genéticamente sino que se lo enseñan de generación en generación, incluso, cada colonia puede tener, digamos, su propio dialecto o dialectos. Que conozcamos tienen 18 registros con los que realizan llamadas de alarma, sonidos muy agudos con los que se avisan para la recolección de alimentos, para el apareamiento e incluso para prepararse para el baño.

Sin duda, este estilo de vida aumenta sus posibilidades de supervivencia amenazada por depredadores como las serpientes que son su principal causa de muerte.

¿Por qué no enferman de cáncer?

La respuesta a esta pregunta, aún no es posible, pero los numerosos ciéntificos que estudian la especie en distintas zonas del mundo, entre ellas España -en el Bioparc de Valencia hay dos colonias distintas-, manejan diferentes hipótesis. La principal es que su sistema inmunitario comprende una red compleja de células especializadas que les protege contra las infecciones, elimina las células cancerosas y regula la reparación de los tejidos, desempeñando así un papel fundamental en la homeostasis, la duración de la salud y la duración de la vida.

¿A qué se debe esa inmunidad? El doctor en inmunología e inmunogenética y doctor en veterinaria por la Universidad de Edimburgo, Hugo Hilton explica que "mapeamos el sistema inmunológico de la rata topo desnuda y lo comparamos con el del ratón propenso al cáncer y de corta duración. A diferencia del ratón, encontramos que el sistema inmunitario de la Heterocephalus glaber se caracteriza por una alta proporción de células mieloides a linfoides que incluye un nuevo subconjunto de células de granulocitos que responde a los lipopolisacáridos (LPS). Sorprendentemente, también encontramos que las ratas topo desnudas carecen de células asesinas naturales (NK) canónicas".

En resumen, "las rata topo desnuda desafía nuestra comprensión actual de la inmunidad de los mamíferos, favoreciendo un modo de inmunovigilancia innato atípico, sesgado por el mieloide, que puede contribuir a su notable período de salud".

NACE UNA CAMADA DE RATA TOPO EN BIOPARC VALENCIA

Un apunte más, el profesor Ewan St. John Smith experto en la rata topo desnuda subraya la capacidad evolutiva de esta especie que la hace insensible al dolor "al haberse adaptado a un entorno con alto contenido de dióxido de carbono".

Y todo lo que acaba de leer es solo el principio de las investigaciones sobre este pequeño roedor herbívoro que no supera los 13 centímetros de longitud y pesa, tan solo, 35 gramos.

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