Compra un piso en Barcelona, se convierte en presidenta de la comunidad y no da crédito a lo que le dice un vecino en plena junta

Las relaciones con los vecinos no siempre son sencillas. Comprar un piso en una comunidad implica asumir una serie de responsabilidades y compromisos. Y es que vivir en bloque junto a otros inquilinos o propietarios implica compartir espacios comunes como pasillos, escaleras, jardines o ascensores.

Los conflictos entre vecinos son bastante comunes y pueden surgir por diversas razones: desde el ruido excesivo hasta la gestión de las zonas comunes, pasando por diferencias en el uso de los servicios compartidos o la distribución de los gastos comunes.

Estas diferencias se hacen más notables en las juntas de vecinos, aquellas reuniones en las que se toman decisiones que afectan al conjunto del edificio y que, en muchos casos, suponen un gasto extra común por piso que no resulta nada agradable. 

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Leyre es una joven que se ha comprado un piso en Barcelona hace poco más de un año y ya ejerce como presidenta de su comunidad, una labor que le trae de cabeza. A través de sus redes, comparte su experiencia en las juntas de vecino, una historia que no tiene desperdicio. 

"No os compréis un piso", comienza diciendo en un vídeo que ya tiene más de 300.000 visitas. "Acabo de salir de la reunión de vecinos y vengo a desahogarme", añade, antes de comenzar a narrar lo ocurrido. 

En primer lugar, explica que se trataba de una reunión importante en la que se debía aprobar una derrama y "más de la mitad de vecinos" decidieron no acudir y delegar su voto. 

"¿Tú te crees que a mí me hace gracia estarme dos horas de mi tiempo después de trabajar hablando de presupuestos, de vigas y de andamios? Pues no", asegura. 

El "cuñado de manual"

En este punto, entra en juego un vecino un tanto peculiar que complicó la reunión más de lo esperado. Leyre lo define como "el señor rata que no viene a ninguna reunión, la primera vez que lo veo en una reunión y se pone quisquilloso con todo, aparte que no escucha y hay que repetirlo todo 80 veces".

Explica entonces lo que es el coeficiente de propiedad y cómo cambia el reparto de una derrama: "Hay una cosa, por si no lo sabíais, cuando te compras una vivienda imagínate que sois 20 en el edificio, cuando hay una derrama no es que haya que dividirlo entre 20 de manera proporcional.

Se establece, por ley, el porcentaje que tiene que pagar cada vivienda o local de lo que es todo el edificio. Este señor, que es el típico cuñado de manual, que no tiene ni idea de nada, pero se cree que lo sabe todo, tiene un porcentaje bastante más alto que el resto".

En dicha reunión "había que pagar bastante panoja, venga quejarse de que porque él tiene un porcentaje mayor y que si él pagará a la mitad al resto solo nos supondría un 1% o algo así y me he mordido la lengua..."

Sin embargo, se ha quedado con ganas de darle su sincera opinión diciendo: "¿me estás diciendo que a ti porque te dé la gana te tengo que ayudar a que pagues menos? Cuando no vienes a ninguna reunión, no te interesas de nada, pones pegas a todo..."

Para terminar, sin perder el toque de humor a la situación, la joven de Barcelona asegura que, al igual que "a la familia no se la elige", con los vecinos ocurre lo mismo.