Estas son las precauciones que tienes que tener en cuenta antes de bañarte en una piscina de cloro

Según la época del año en la que nos encontremos, aparecen unas dolencias u otras, por ejemplo, los resfriados y catarros tienen por costumbre aparecer en invierno, y las alergias al polen suelen asociarse con la primavera. En verano pueden aparecer otro tipo de dolores, como por ejemplo, los golpes de calor, las quemaduras o algunas molestias o alergias producidas por el cloro, sobre todo en estas semanas que hace más calor y nadie puede resistirse a un buen baño.

Con el paso de los veranos, son más las piscinas que han dejado de utilizar el cloro para optar por otras opciones, como las piscinas de sal, aunque todavía hay muchas que seguramente utilicen este compuesto irritante para desinfectar el agua de sus piscinas. En grandes cantidades, este compuesto puede provocar fuertes reacciones que no siempre se pueden relacionar con una alergia al claro, sino con otro tipo de dolencia aún más fuerte.

¿Cómo saber si eres alérgico al cloro?

La piscina suele ser nuestro mejor amigo en verano. Ese lugar donde meternos un buen chapuzón y quitarnos por un rato el calor que hacer fuera. Un gran compañero de viaje en verano que también puede traernos ciertos problemas si la piscina en la que nos bañamos hay cloro. Una excesiva exposición a este compuesto puede causarnos algunas molestias, porque hay algunas zonas que presentan una mayor sensibilidad que otras. La zona más frecuente donde puede aparecer este problema es en la piel, pero también hay otras zonas como los ojos o las vías respiratorias donde puede aparecer una dolencia.

Las personas que tengan alergia al cloro tendrán más facilidades para sentir irritación en los ojos, haciendo que se vean rojos, algo que no es normal. Por otro lado, los problemas respiratorios que puede causar este compuesto pueden aparecer en forma de tos o estornudos, pero también pueden aparecer síntomas similares a una crisis asmática. El más habitual, como hemos dicho anteriormente, son los problemas en la piel, haciendo que aparezcan eccemas flexurales en zonas como las rodillas, el codo o los párpados.

¿Qué hacer para eliminar los síntomas?

Para evitar, por ejemplo, que se nos pongan los ojos rojos, la medida es utilizar gafas de bucear para proteger los ojos. También existen otras como evitar los baños de larga duración , ducharse antes y después del baño en la piscina, y aplicarse crema hidratante antes y después de estar en contacto con el cloro. Obviamente, no se debe tragar el agua de la piscina y más sabiendo que es de cloro, una medida que viene muy bien a los niños, ya que a raíz de ello, pueden experimentar estos síntomas por primera vez.

Si por el contrario los síntomas que aparecen son respiratorios, habría que acudir a un profesional sanitario y seguir las pautas que este nos marque. Para la irritación de los ojos hay que hacer lo mismo que con los problemas respiratorios, acudir a un médico, pero antes de eso, podemos aplicar compresas frías para calmar las molestias o usar suero fisiológico. En los problemas en la piel, usar crema hidratante es la mejor opción, ya que permite aliviar el picor producido por el cloro.