Turrón, chocolate, pasas o caramelos: El ranking de dulces que más caries provocan y el truco para evitarlas

Tras la Navidad, las caries en niños aumentan un 50% por eso es importante saber cómo consumirlas y cómo hacer para minimizar sus daños que en muchos casos pueden ser irreversibles

Dulces navideños

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

8 min lectura

El azúcar está claro, es un serio enemigo de nuestros dientes. “Las bacterias que tenemos en nuestra cavidad oral son capaces de alimentarse de este azúcar, lo que genera caries y otras complicaciones a través del ácido débil que son capaces de producir. Esto puede generar riesgos a largo plazo”, según explica el odontólogo Iván Malagón, director de Iván Malagón Clinc.

Por delante tenemos la Navidad, una época en la que el azúcar pasa a un primer plano. Los dulces con extra de azúcar y la falta de rutinas son una costumbre nada saludable para nuestra dentadura y para la de los más pequeños. “Después de la Navidad, muchos son los pacientes que acuden a consulta con problemas de caries y problemas dentales. En el caso de los más pequeños, más del 50 % de ellos son producidos en esta época por un excesivo consumo de azúcar y una inadecuada rutina de higiene”, afirma el doctor en declaraciones a COPE.

Golosinas pegajosas, pasas, caramelos... "La mayoría de estos dulces, especialmente si son pegajosos, pueden ser terribles para nuestra salud".

BACTERIAS Y AZÚCAR

La boca está llena de bacterias "muchas de ellas nos benefician, pero otras pueden ser muy perjudiciales". Esas bacterias hacen "que el azúcar se transforme en ácidos, que pueden atacar el diente dañando la placa y produciendo caries". Como es lógico, "a más dulces, más ácidos y mayor riesgo tendrán los niños de ver cómo sus dientes se deterioran. Las caries pueden llegar a destruir el esmalte y hasta provocar que el diente se caiga".

Las caries pueden llegar a destruir el esmalte y hasta provocar que el diente se caiga

Es por ello que advierte, debamos comer chuches "de forma puntual". "El consumo debe ser ocasional, ya que lo que provoca la caries es la frecuencia, no la cantidad de azúcar que se ingiere en el momento".

Lo que provoca la caries es la frecuencia, no la cantidad de azúcar

En cualquier caso, "las personas, por lo general, que tienen un mayor riesgo de tener caries son aquellas que no tienen una buena rutina de higiene bucal, que no utilicen productos con flúor o que su tipo de alimentación no es correcta (basada en azúcar o hidratos de carbono fermentables)", señala el doctor.

Si no es posible cepillarse los dientes en el momento "se recomienda masticar chicle sin azúcar, sobre todo después de las comidas, ya que favorece la producción de saliva y esto, tiene un efecto protector sobre los dientes, neutralizando la acidez de los alimentos".

Hay que dejar claro "que nunca es un sustitutivo del cepillo de dientes, pero para aquellas ocasiones en las que no tenemos uno a mano, un chicle es una buena opción, por supuesto, debe ser sin azúcar y que tenga xilitol, un edulcorante natural que aporta buen sabor, pero que no daña los dientes".

Además existen factores que pueden influir en la disponibilidad a tener o no caries en la boca. Estos son algunos de ellos:

.- Depende de cada esmalte, su calidad y resistencia.

- Del tipo y cantidad de saliva: Tener mucha saliva y menos espesa (más líquida) hará que la persona tenga menos riesgo de caries

.- PH Oral. Si se tiene un PH bajo, existe más riesgo de caries. Los ph ácidos favorecen la proliferación de bacterias de la boca.

LAS 'CHUCHES' PEORES PARA LOS DIENTES

Chicles, gominolas, chocolate, caramelos, chuches líquidas en forma de refresco, sobres pica-pica o turrones... ¿Cuáles perjudican más a nuestros dientes? Toma nota de los consejos de Iván Malagón:

Caramelo duro.- Los dulces más duros pueden fracturar los delicados dientes de los niños y destrozar los empastes, además de dañar los trabajos de ortodoncia previamente hechos.

Caramelo ácido.- Los caramelos ácidos son muy perjudiciales para nuestros dientes, ya que su consumo provoca el desgaste prematuro del esmalte dental, lo que provoca también la sujeción de bacterias nocivas para el diente.

Caramelos o golosinas pegajosas.- Las golosinas más pegajosas y los dulces blandos, también crean muchos problemas de inflamación de encías a los niños que llevan aparatos de ortodoncia. Estas chucherías son de las más perjudiciales.

Chicle.- El chicle es, en definitiva, una sustancia sintética con multitud de aditivos y edulcorantes. Aunque tiene algunas ventajas su consumo en exceso, no es positivo.

Además de que afecta al sistema digestivo, en lo que se refiere a la salud bucodental,, los chicles, azucarados o no, empeoran los daños del bruxismo, ya que dañan la mandíbula y no son buenos para las ortodoncias. Al mascarlos puede que algunas sustancias queden incrustadas en los aparatos y muy difíciles de quitar.

Turrón de chocolate.- El turrón de chocolate, un enemigo para los dientes: El turrón de chocolate contiene mucha cantidad de azúcar. Es preferible el turrón duro, ya que tiene menos azúcar y está compuesto básicamente por almendra. Pero si queremos tomar el turrón de chocolate, es mejor elegir de chocolate negro, ya que el que contiene 70% de cacao y posee propiedades antioxidantes y cardioprotectoras.

Golosinas de chupar.- no sólo causan acumulación de azúcar en saliva, si no que la succión de varios segundos, puede provocar un movimiento de mandíbula que puede acabar afectando al movimiento de los dientes, incluso pudiendo llegar a provocar disfunciones de mordida.

Refrescos o líquidos dulces de sabores.- El exceso de zumos de frutas y las bebidas gaseosas poseen ácido, que con el tiempo desgasta el esmalte dental. Esto aumenta la sensibilidad de los dientes y crea mayor predisposición para contraer caries. Beber en exceso bebidas azucaradas puede llegar a ser muy agresivo para los dientes de los niños. Es importante destacar que existe una correlación entre el consumo de bebidas azucaradas durante la infancia, y el consumo posterior de alimentos con gran contenido en azúcar.

Gominolas sin azúcar.- En este caso se sustituye el azúcar por edulcorantes, que sirven para endulzar alimentos que de otra forma tendrían un sabor amargo. Son una buena opción para poder comer estos alimentos tan deseados por los niños, pero de forma más saludable.

¿Cuáles son nuestras alternativas?

Iván Malagón aconseja los "paquetes individuales de fruta o salsa de manzana. Incluso el pudín es mejor que los dulces. Las cajas de granola, muselina, cereales y barras de fruta también funcionan, pero hay que tener cuidado con el contenido de azúcar de algunos sabores. Los paquetes de mezcla de manzana con especias instantánea o mezcla de chocolate caliente funcionan igual de bien".

Muchas tiendas de alimentos saludables ofrecen además "galletas bajas en azúcar que son libres de grasas trans. También hay chicle sin azúcar, nueces de maíz, cacahuetes, mezcla de frutos secos, palomitas de maíz, paquetes de semillas de calabaza asadas y galletas saladas". También cabe destacar "el chocolate negro, mejor que los dulces, incluso con antioxidantes muy saludables".

CÓMO LAVARSE LOS DIENTES TRAS COMER CHUCHES

El cepillado dental "es el acto más importante de la limpieza bucal", y aunque parece imposible hacerlo mal, lo cierto es que la mayoría de la gente tiene unas manías equivocadas sobre cómo hay que proceder a ello.

Explica Malagón que debemos hacerlo "sin miedo a apretar". "Hay dentistas que desaconsejan lavarse apretando demasiado el cepillo, porque alegan que puede deteriorarse el esmalte dental, pero lo cierto es que un cepillo de dureza media, por muy fuerte que se cepille uno, no desgastan el diente. El riesgo que se corre es causar heridas en las encías debido a la fuerza, por ello es recomendable realizar movimientos suaves, pero no porque desgaste el diente, sino por no dañar la encía".

Además debemos usar poca pasta. "Ese pensamiento de ‘cuanto más, mejor’ no es aplicable al dentífrico. Contrariamente a lo que se piensa, la medida ideal de pasta de dientes en el cepillo es el tamaño de un guisante, es decir, muy poquito. De esta forma no se malgasta dentífrico y el cepillado resulta más cómodo, porque si se untan todas las cerdas con pasta, al final se acaba produciendo mucha espuma, y al ser molesto puede que no aguantemos el tiempo suficiente de cepillado".

Por otro lado, señala el odontólogo es mejor usa un cabezal pequeño. "Un cabezal demasiado grande impide llegar bien a todas las cavidades de la boca, por lo que es mejor uno más pequeño que permita limpiar todos los recovecos, incluyendo la lengua, el paladar y las encías, que no hay que olvidarse de cepillar estas zonas".

Tampoco debemos enjuagarnos en exceso. "Esta práctica no tiene nada de malo si es con agua, que nunca viene mal y favorece la limpieza, pero nunca hay que abusar de los colutorios antisépticos, que, si los usamos de manera excesiva, destruyen la flora bacteriana buena de la boca y provocan desequilibrios en ella".

Es cuanto a tiempo, lo ideal "es cepillarlos durante dos minutos, si no se tienen prótesis u ortodoncias, y cepillarlos mínimo dos veces al día, siendo muy importante no olvidarse del cepillado de antes de dormir".

Además, es necesario "cepillarse la lengua, que alberga muchas bacterias, y utilizar también todos los días la seda dental, por lo menos una vez al día. De esta forma se logra eliminar más minuciosamente los restos de alimentos que se hayan podido quedar entre los dientes".

Y por supuesto tener en cuenta que "un cepillo de dientes no es para toda la vida", ya sea manual o eléctrico, "hay que cambiarlos cada cierto tiempo porque con el uso las cerdas se deforman y pierden eficacia. Además, almacenan bacterias a lo largo del tiempo como han demostrado diversos estudios, por ello, cada tres meses se aconseja cambiarlo".

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