Las señales de que puedes sufrir miedo patológico a salir sin mascarilla

Tras meses con la mascarilla en nuestras vidas conocemos las consecuencias físicas de su uso, pero también puede haber secuelas psicológicas

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María Bandera

Publicado el - Actualizado

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Distancia social, lavado frecuente de manos y uso de la mascarilla. Son algunas de las medidas que llevamos grabadas a fuego para prevenir el covid. Quizás de entre todas, la última sea la más molesta, sin embargo hay personas que lejos de incomodarles, han desarrollado una dependencia, llegando a sentir auténtico vértigo cuando notan su ausencia.

"El miedo a no llevar mascarilla es un rasgo propio de personas con tendencia a la hipocondría, ansiedad a las enfermedades o TOC hacia la contaminación", explican los psicólogos de GrupoLaberinto. "Para este tipo de personas, el hecho de llevar mascarilla (o que las demás personas la lleven), así como el uso de otras medidas de higiene, puede convertirse en un estímulo de seguridad llevado al extremo, lo que les puede generar ansiedad por miedo al contagio y por la percepción de que uno mismo, o los demás, no estén haciendo un uso correcto o suficiente".

MIEDO Y FOBIA

Miedo y fobia no son lo mismo. "En un escenario de alerta sanitaria, amenaza e incertidumbre como el que estamos viviendo, es congruente sentir miedo al contagio, sin embargo, para muchas personas ese miedo constante y llevado al extremo genera una tensión emocional que podría tener efectos sobre la salud mental", explica a cope.es Marta de la Peña, psicóloga de Grupolaberinto. En este caso, "puede llegar a limitar nuestra actividad cotidiana, incluso nuestra forma de relacionarnos".

Para algunos el miedo llevado al extremo genera una tensión emocional que podría provocar efectos sobre la salud mental

El nivel de miedo al contagio, advierte la experta "dependerá en gran medida de la gestión emocional que hagamos de la situación" y de factores "como son las estrategias para afrontarlo, los rasgos de personalidad, experiencias previas traumáticas, capacidad de resiliencia o la red que tengamos de apoyo social".

SEÑALES QUE AVISAN DE UNA OBSESIÓN

La clave para entender el miedo a no llevar la mascarilla, está en la ansiedad. "Quienes la padecen tienen una sensación constante de amenaza, lo que se transforma en tensiones que pueden replicarse en sensaciones físicas molestas".

Sin embargo, hay perfiles más propensos a desarrollar estados perjudiciales de salud mental, señala la experta. ¿Cómo darnos cuenta si tenemos un nivel desproporcionadamente elevado y desajustado de miedo, ansiedad o de las preocupaciones? Debemos valorar estos indicadores, explica la psicóloga:

- Sentir emociones con alta intensidad en la mayor parte del día y persistentes en el tiempo.

- No poder dejar de pensar en la enfermedad o en la posibilidad de enfermarse o que enfermen otros seres queridos.

- Comportamientos frecuentes de hipervigilancia e interpretación de sensaciones físicas como signos de enfermedad.

- Necesidad persistente de estar informado con respecto al tema.

- No poder interesarse por actividades que impliquen satisfacción y agrado.

- No poder concentrarse en otras tareas laborales, domésticas…

- Dificultades para dormir.

CÓMO EVITAR EL MIEDO EN EXCESO

Además, Marta de la Peña da una serie de claves para evitar un miedo excesivo y hacer una buena gestión de las emociones que nos permita para afrontarlo:

- Evitar la sobreinformación y noticias alarmistas, ya que si pasamos la mayor parte del tiempo escuchando noticias al respecto o hablando de este tema, podría generar más dudas y un estado de ansiedad constante.

- Tomar precauciones útiles. Seguir las recomendaciones de Sanidad o de la Organización Mundial de la Salud, como mantener la distancia, el uso de mascarilla y lavarse las manos con frecuencia, lo que reduciría el miedo ante la posibilidad de contagio. Por el contrario, las precauciones que deben tenerse en cuenta pueden volverse en nuestra cuenta cuando estas se convierten en una obsesión.

- No obsesionarse Es importante utilizar el miedo como herramienta para fomentar conductas y rutinas de autocuidado, y no para alimentar más miedo por ejemplo llevando a cabo conductas de reaseguramiento que confirmen que no estamos contagiados (tomarse la temperatura constantemente) o de limpieza (querer desinfectar todos los elementos de la casa varias veces al día).

- Valorar nuestra situación real teniendo en cuenta diferentes grados de exposición: si vamos a trabajo o si teletrabajamos, si usamos transporte público o vamos en nuestro propio coche o andando, si hay algún familiar contagiado o no, etc.

¿Cómo se puede superar el miedo a no llevar mascarilla?

A pesar de que el confinamiento fue un cambio drástico, las consecuencias psicológicas ocasionadas "deben resolverse de manera gradual y por fases. Buena parte de la población pasará por una fase de proceso adaptativo de estrés (que puede cursar transitoriamente con inestabilidad emocional: ansiedad, irritabilidad o bajo estado de ánimo, insomnio, preocupaciones, etc.)" pero en algunos casos también devenir en un trastorno".

Por ello, en aquellos casos en los que se ha sufrido una situación estresante grave, podría ser necesario el apoyo psicológico.

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