Aída Rubio, psicóloga: "El miedo a la enfermedad o la muerte puede provocar una obsesión por la limpieza"

¿Te obsesiona últimamente la limpieza? Quizás esconda un problema que puede ir más allá del miedo a contagiarte de la covid

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Últimamente cuidamos al detalle nuestra higiene personal, guantes, gel hidroalcohólico, zapatos en la puerta o mascarilla. El coronavirus ha cambiado nuestros hábitos de cuidado personal y también el de nuestros hogares. Pero ¿nos estamos obsesionando con la limpieza? Tan malo es no llegar como pasarse, por eso debemos saber dónde está el límite para poder así diagnosticar un posible problema, que en muchos casos podría esconder un trasfondo mucho más serio.

"Nuestro pensamiento es siempre una interpretación subjetiva de la realidad y lo que a uno le preocupa no tiene por qué generarle el mismo efecto a otra persona", explica a cope.es Aída Rubio, coordinadora del equipo de psicólogos de TherapyChat. "Estas preocupaciones pueden llegar a presentarse distorsionadas y magnificadas, generando una gran ansiedad. Muchas veces permanecen en un segundo plano de nuestra mente molestando de manera casi constante, lo que se conoce como rumiar, son las obsesiones", afirma la experta.

Trastorno Obsesivo Compulsivo

Lo cierto es que resulta "imposible emprender acciones lógicas para combatir demonios irreales", lo que a veces puede suceder es que la persona desarrolle acciones irracionales en respuesta para protegerse, como puede ser lavarse las manos sin parar, como si fuera a evitar una desgracia. En este caso estaríamos seguramente ante un problema diagnosticable como Trastorno Obsesivo Compulsivo".

La ansiedad es el síndrome del siglo XXI

Las obsesiones son pensamientos que aparecen de manera recurrente generándonos malestar, ansiedad o culpabilidad, y que, por lo menos en algún momento, se reconocen como totalmente irracionales. "La persona suele reaccionar buscando evitarlas a toda costa o bien neutralizarlas con rituales, como pensamientos o actos que disminuyen la ansiedad".

Es muy común que una persona con un miedo de fondo a la enfermedad o la muerte desarrolle una obsesión por la limpieza

Llevamos tiempo observando la proliferación de las obsesiones

PROLIFERAN LAS OBSESIONES

En general, explica Rubio, "las preocupaciones y obsesiones son distintas manifestaciones de esa ansiedad". Los psicólogos, advierte la experta, "llevamos tiempo observando la proliferación de las obsesiones, que pueden presentarse de manera aislada o incluso llegar a un diagnóstico de Trastorno Obsesivo Compulsivo". Las obsesiones son normalmente transformaciones de cuestiones que nos importan mucho en pensamientos rumiativos y distorsionados. Por ejemplo, es muy común que una persona con un miedo de fondo a la enfermedad o la muerte, desarrolle una obsesión por la limpieza, pero también puede ser la forma en que una persona exprese un sentimiento de culpa o una sensación de “suciedad” interna". En estos casos, "el miedo de base se ha distorsionado y ha dado la cara como una obsesión de contenido distinto".

En el caso de la situación actual de pandemia, "es una buena semilla para acrecentar el miedo a la enfermedad o la muerte en algunas personas y puede desembocar en obsesiones de limpieza en aquellas personas que tenga una ansiedad exacerbada".

CÓMO FRENAR A TIEMPO; EL ELEFANTE ROSA

Cuando una persona tiene obsesiones es muy difícil que sea consciente, ya que por lo general "tendemos a dar por supuesto que todo lo que pensamos responde a la realidad".

Para saber reconocerlo, la experta propone un ejercicio. "Me gusta siempre introducir la duda en los propios pensamientos con un simple ejercicio; 'No pienses en un elefante rosa. ¿Qué ha pasado? Estás pensando en un elefante rosa. ¿Querías pensar en ello? ¿Responde a algo con sentido? ¿Tienes delante físicamente un elefante rosa? Por supuesto que no. Esto demuestra que no todo el contenido de tu pensamiento ha de tener lógica. Es más, la mayoría de lo que sucede en nuestra mente a lo largo del día no lo tiene, pero no solemos percatarnos porque dejamos pasar muchas ideas casi sin procesarlas".

La ansiedad es el síndrome del siglo XXI

Una vez realizado este ejercicio, Aída Rubio propone que analicemos nuestros pensamientos como un científico; "pregúntate ante cualquier idea que te genere ansiedad... ¿tiene un contenido objetivo? ¿Me genera emociones proporcionadas? ¿El lenguaje con el que lo formulo es probabilístico? ¿Me resulta útil pensar así? Si alguna de las respuestas es no, entonces estás ante un pensamiento irracional. Si este pensamiento además aparece constantemente en tu cabeza y no te deja en paz, es que tu mente necesita que bajes revoluciones".

Ante este panorama, un buen sistema "sería empezar a hacer ejercicios de relajación y cuidar mucho el tiempo de descanso. Y ante cada pensamiento que detectes como intrusivo e irracional, "debemos tratar de ponerlo en tela de juicio y generar otro pensamiento más realista que sientas que ayuda a rebajar tu ansiedad y te es más útil", explica a cope.es.

SI YA NOS HA DESBORDADO, QUÉ HACER

En muchos casos la obsesión llega a unos límites de ser abordados por uno mimso. "La experiencia me dice que es difícil gestionar uno solo las obsesiones cuando aparecen, porque cuando están ahí es que ya hay un problema de ansiedad importante de base. Por un lado nos es muy difícil ser lo suficientemente objetivos con nuestros pensamientos como para percatarnos de que lo que estamos teniendo son obsesiones, y por otro la ansiedad lo que hace es, además, llevarnos a tomar peores decisiones".

Antes de llegar a este punto "lo mejor es acudir a un psicólogo, incluso ante los primeros síntomas de ansiedad ya que cuanto antes se aborde, más fácil será trabajar el problema. Y si ya te has desbordado, con más razón acude, tratando evitar dar validez a esos pensamientos de culpa o ese miedo a estar loco que pueden aparecer".

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