Por esta razón no puedes hacerte cosquillas a ti mismo

Los científicos llevan décadas tratando de explicar las consecuencias somatosensoriales de nuestro cuerpo, y una de ellas son las cosquillas

Por esta razón no puedes hacerte cosquillas a ti mismo

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El cuerpo humano sigue siendo sujeto de estudio para los científicos, sobre todo el cerebro. Por ahora, sabemos que el cerebro anticipa y cancela la información de movimientos propios, creando lo que se conoce como 'copia eferente', es decir, cuando nos intentamos hacer cosquillas a nosotros mismos, darnos un susto, o incluso llegar a pegarnos.

Los científicos del instituto de Neurología del University College de Londres, encabezados por Sarah-Jayne Blakemore, trataron de explicar por qué no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos.

El estudio se centró en 16 personas que trataron, en primer lugar, de hacerse cosquillas a si mismos en las palmas de las manos y los pies. Luego se hizo el mismo experimento, pero con los sujetos haciéndose cosquillas entre ellos. El estudio llegó a la conclusión de que cuando una persona trata de hacerse cosquillas a si mismo, es solo un cosquilleo.

Examinaron si los movimientos involuntarios inducidos por la estimulación propia y, por otro lado, la estimulación inducida por un tercero (ambos resultando en la estimulación estándar del pie descalzo del participante) serían percibidos como cosquillas. La conclusión es que la estimulación magnética de la corteza motora (la estimulación ajena) genera una copia eferente de la salida del sistema motor, como sí lo hace la estimulación propia.

El efecto copia eferente

El concepto de ‘copia eferente’ es básico en neurofisiología, porque hace referencia a cómo el individuo evalúa la realidad, interna y externamente, y a cómo el individuo interactúa consigo mismo. Se refiere al concepto de anticipación de los movimientos.

Es decir, un claro ejemplo son las fiestas sorpresas o los regalos. Si te van a hacer una sorpresa, pero te enteras antes del plan, tu cuerpo no va a reaccionar ante esto de la misma manera que lo haría si no lo supiese. Por lo tanto, un estímulo propio como las cosquillas no tiene el mismo efecto si es otra persona la que nos lo hace.

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