¿Cómo nos afecta el otoño y el cambio de tiempo? Qué es la astenia estacional y cómo superarla

El cambio de hora, los días más cortos y el descenso de las temperaturas nos pueden provocar fatiga y debilidad, es la llamada astenia otoñal

La astenia estacional se caracteriza por una sensación generalizada de cansancio y debilidad física y psíquica

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

"Hoy una mano de congoja llena de otoño el horizonte y hasta de mi alma caen hojas" dicen algunos de los versos de 'Mariposa de otoño' de Pablo Neruda.

Esa "congoja y caída de hojas" de las que habla el poeta -llamenos así a la melancolía, tristeza, cansancio-, son producidas por la astenia estacional que provoca el otoño en nuestro interior. El otoño como la primavera son estaciones llenas de cambios que también se manifiestan en nuestros estados de ánimo. Así vamos de la vitalidad, positividad y alegría que nos genera la primavera con sus temperaturas más altas y suaves, el tener más horas de sol, la eclosión de la vida con el colorido que aporta el florecimiento de las flores, la vida en las calles..., hasta llegar a la melancolía, el decaimiento y el estrés al ver las hojas en el suelo, los días más cortos y la llegada del frio con el otoño.

El cansancio y la menor energía son algunos de los síntomas de la astenia estacional

Como consecuencia de todos esos cambios hay muchas personas que tanto en primavera como en otoño sienten cansancio, menos energía, soledad, tristeza, a veces, falta de memoria y dolor de cabeza. Hablamos de astenia estacional un trastorno asociado a las dificultades del organismo para adaptarse a los cambios ambientales que se producen con el paso de una estación a otra, especialmente en primavera y otoño.

La astenia estacional se caracteriza por una sensación generalizada de cansancio, debilidad física y psíquica, fatiga, falta de apetito, descenso de las defensas y que puede, incluso, alterar nuestra capacidad de concentración y causarnos problemas de memoria. Un apunte más, tiene especial incidencia en las mujeres. Si lo leemos todo seguido puede preocuparnos, no obstante, se trata de un trastorno leve y pasajero que se resuelve solo. La prestigiosa Clínica Mayo señala que el tratamiento para el trastorno estacional puede comprender: terapia lumínica (fototerapia), psicoterapia y medicamentos como complementos alimenticios a base de vitaminas, minerales y aminoácidos siempre recetados o recomendados por nuestro médico.

¿Cómo podemos prepararnos para superar la astenia otoñal?

Expertos en nutrición aconsejan seguir una serie de pautas alimenticias adecuadas, con unos hábitos nutricionales saludables tendremos un organismo fuerte que nos hará más resistentes a este tipo de cambios estacionales. Además de la alimentación, para prevenir la astenia conviene descansar de forma apropiada, respetando las horas de sueño, practicar ejercicio físico al aire libre y realizar actividades intelectuales estimulantes.

Una alimentación sana y con productos de temporada es esencial: castañas, calabaza, naranjas...

Cuidar la nutrición

Es esencial es llevar una alimentación variada y equilibrada que incluya todos los nutrientes esenciales y garantice un buen funcionamiento de todo el organismo para darle a nuestro cuerpo lo que necesita cuando lo necesita. Gracias a una correcta nutrición, se puede mantener una adecuada producción de neurotransmisores, capaces de regular nuestras emociones y nuestro estado de ánimo. En la nutrición está la clave para hacer frente a la astenia otoñal, a los catarros, la gripe y la depresión del fin del verano y las vacaciones. La vitamina C no puede faltar en otoño.

Consumir productos estacionales

No hay nada mejor que los alimentos propios de la temporada. Frutas como las naranjas, las chirimoyas o los caquis y frutas rojas como las granadas; verduras como las calabazas, coliflores o lombardas; y las castañas, entre otros alimentos.

El ejercicio físico al aire libre es positivo para combatir la astenia otoñal

Ejercicio físico, mejor al aire libre

Estar en forma es esencial para llevar un estilo de vida saludable pero, ahora más que nunca necesitamos mantenernos activos para no caer en las redes de la astenia otoñal. Además, la actividad física aumenta la secreción de hormonas que nos ayudan a sentirnos mejor y a relajarnos.

Respetar los ciclos de sueño

El estilo de vida acelerado, tan propio de nuestro mundo actual, hace que en nuestro día a día prescindamos de parte de nuestro tiempo de sueño y no cumplamos los ciclos recomendados, tan necesarios para que tanto nuestro cuerpo como nuestra mente descansen. Una costumbre muy recomendable sería establecer horarios fijos para acostarnos y levantarnos. Fundamental dormir las famosas 8 horas diarias como mínimo.

Dormir, si es posible a pierna suelta, es el mejor antídoto contra los cambios de humor repentinos y contra el mal humor provocados por la astenia otoñal. Deja el móvil y los aparatos tecnológicos fuera del dormitorio, ya verás como tu calidad de sueño y de descanso mejora.

Realizar actividades estimulantes

La vuelta a la rutina y al trabajo, o el regreso de los niños al colegio, debemos afrontarlo como algo estimulante no como algo negativo ni con mala gana. Debemos marcarnos objetivos y desafíos que podamos cumplir en nuestro día a día para sentirnos mejor con nosotros mismos. No hay nada como tener estímulos, aquellas cosas que más nos gusten, desde aprender un deporte, dibujar o participar en actos solidarios.

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