JUEGOS AZAR
Uno de cada diez jóvenes que apuesta online presenta síntomas de trastorno de juego
El perfil del jugador en España es cada vez más joven y su forma de jugar online "preocupante", según el estudio de prevalencia presentado este viernes, que precisa que el 12 % de los jóvenes de entre 18 y 25 años que ha jugado a apuestas online en el último año presenta síntomas de trastorno de juego.
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El perfil del jugador en España es cada vez más joven y su forma de jugar online "preocupante", según el estudio de prevalencia presentado este viernes, que precisa que el 12 % de los jóvenes de entre 18 y 25 años que ha jugado a apuestas online en el último año presenta síntomas de trastorno de juego.
Si extrapoláramos esos datos a una imagen de juego presencial, como lo ha hecho el ministro de Consumo en funciones, Alberto Garzón, en la rueda de prensa en la que se ha presentado el estudio, sería la de un grupo de diez chavales entrando en un salón de apuestas, pero ya sabríamos de antemano que uno de ellos va a desarrollar problemas con el juego.
Es un porcentaje "importante" y "preocupante" en un tramo de edad especialmente vulnerable, según ha admitido Garzón al explicar el estudio de prevalencia del juego 2022-2023, que precisa que el 32,51 % de los jóvenes de entre 18 y 25 años que ha jugado el último año ha participado en apuestas online y de ellos un 12,45 % ha desarrollado síntomas de problemática.
Otros datos llaman la atención porque el 63 % de los menores de 25 años ha jugado de forma online en el último año: además de a las apuestas, también han jugado a la ruleta (28,08 % de participación, con un 23,3 % de síntomas), la lotería (27,04 %, con un 12,91 %, respectivamente) y las cartas (24,06 % de participación; con un 20,03% de síntomas de problemas de juego).
El estudio se ha realizado entre octubre de 2022 y hasta el pasado mes de junio, a partir de más de 20.000 encuestas a personas, algunas menores de 15 años, que no pueden jugar a los juegos de azar, pero sí a las cajas botín.
En esas cajas botín o mecánicas de monetización de los usuarios de videojuegos estos menores están realizando, según Garzón, actividades de juego de azar, "sin probablemente ni siquiera saberlo, y sin conocer las consecuencias que a nivel científico están acreditadas que puede derivar ese tipo de actividad".
Por eso, ha pedido al próximo Gobierno que apruebe la ley que ya tiene su Ministerio para incluirlas como juego de azar y poder prevenir determinadas conductas y posibles adicciones derivadas del juego.
Uno de cada cuatro menores de 15 a 17 años juega a estas cajas botín (el 23,7 %), un porcentaje mayor que el que se registra en el tramo de edad de 18 a 25 años (el 13,7 %).
El canal online aumenta exponencialmente el riesgo de problemas con respecto al presencial, según ha subrayado Mikel Arana, director general de Ordenación del Juego. Y eso se puede ver en los jugadores que afirman apostar en loterías de manera presencial ya que sólo un 1,5 % muestra síntomas de problemas con el juego frente al 24,5 % que los tiene como jugador de lotería online instantánea.
Para la mayoría de los encuestados las máquinas de azar, de forma presencial y online, son las que elevan el riesgo: el 21,27 % de quienes las usan en locales físicos y el 52,56 % de quienes juegan por interne tienen síntomas de juego problemático.
Pero, ¿cuánta gente juega en España de forma física y telemática? Un 49,29 % de personas (ocho puntos menos respecto a la encuesta de 2022) han jugado en el último año frente a un 50,71 %, que no lo ha hecho.
Descienden los jugadores, pero se eleva el porcentaje con síntomas de trastornos al 2,01 % (la encuesta Edades 2022 fijaba el juego problemático en un 1,7 %).
Por último, no hay que olvidar que de la mitad de las personas que juega el 97, 26 % juega a la lotería y el 81,4 % solo a ella y un 18,6 % a ella y a otras cosas, como a las apuestas (el 12,5 %), el 2,2 % a cartas, el 5,05 % al bingo, el 4,04 % a las máquinas de azar y el 2,74 % a la ruleta.
Y ¿por qué juegan?. La mayoría dice que 'para ganar dinero', pero otros responden que por hábito, costumbre o tradición y por diversión.