Archivo Bumerán: La moción de Mancha y la pifia de Santa Teresa de Jesús
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En 1987 el Partido Socialista de Felipe González gobernaba con una cómoda mayoría absoluta.
La Coalición de derechas denominada ‘Coalición Popular’ se había desmoronado con deserciones masivas. Sólo 67 diputados permanecían en el Grupo Popular y Manuel Fraga había dimitido como líder de la derecha. Su sustituto, el joven Antonio Hernández Mancha, dio la campanada al anunciar una moción de censura.
Con mayoría absoluta era imposible que la moción saliera adelante. Pero había dos objetivos el primero era permitir que Hernández Mancha, que no era diputado, hablara en el congreso. El segundo era reivindicar a Alianza Popular como líder de la oposición por delante del CDS del Duque de Suárez que, ante la desaparición de Fraga, quería hacer un sorpasso a los populares en los comicios municipales de ese año.
Durante la moción de censura, Antonio Hernández Mancha criticó a los centristas por no respaldar su moción y se dirigió directamente a Suárez. Pero su discurso fue muy criticado por cometer diversos despistes confundir las fechas en las que Fernández Ordoñez había sido ministro o atribuir a Santa Teresa de Jesús una cita que en realidad correspondía a Lope de Vega.
La moción de censura de Mancha fue respaldada únicamente por los 67 diputados populares. En cambio el PSOE no sólo tuvo el apoyo de todos los diputados socialistas, que ya solos tenían la mayoría, sino también de los comunistas de Izquierda Unida, nacionalistas y Euskadiko Ezkerra.
No obstante, aunque Mancha quedó tocado políticamente su objetivo primordial se logró y en las municipales de ese año los populares se mantuvieron como alternativa al PSOE por delante del CDS.