Archivo Bumerán | La única vez que los populares se sometieron a un congreso extraordinario

Entonces la candidatura de Hernández Mancha y Rajoy derrotó a la de Aznar y Herrero

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Juan Francisco Lamata

Publicado el - Actualizado

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El Partido Popular ha convocado ya oficialmente su décimo-octavo congreso y, lo que es más importante, ha anunciado que será de carácter extraordinario.

De los 18 congresos celebrados por los populares desde los tiempos que se llamaba Alianza Popular, salvo uno, todos habían sido de carácter ordinario. Incluso el de 1989, el llamado congreso de la refundación en la que AP pasó a ser el Partido Popular.

La única excepción fue el de febrero de 1987, el único congreso extraordinario y la única vez en la que dos personas compitieron abiertamente por la presidencia del partido.

El contexto era el siguiente: Manuel Fraga Iribarne había perdido por cuarta vez las elecciones popularizando el término de ‘el techo electoral’ de la derecha. Tras la derrota había venido un periodo de luchas internas que incluyeron la defenestración de su secretario general, Jorge Verstrynge, y las deserciones masivas en el Grupo Parlamentario. De los 106 diputados elegidos en las listas populares en aquellas elecciones, al llegar al mes de diciembre sólo 68 seguían fieles al grupo parlamentario. En ese contexto Manuel Fraga, que además había recibido el mazazo personal de la muerte de uno de sus principales apoyos, José María Ruiz Gallardón optó por presentar la dimisión tras un descalabro de los populares en las elecciones vascas.

El ambiente era, además pesimista, porque de cara a una parte del electorado, tras dimitir Fraga, el CDS de Suárez, amenazaba a realizar un sorpaso para sopreasar a los populares invirtiendo lo sucedido en los comicios anteriores en que los populares habían hecho sorpaso a la UCD.

Miguel Herrero Rodríguez de Miñón se postuló a la presidencia el líder continuista que, apoyado por el fraguismo. Con él estaba José María Aznar como Secretario General y otras figuras como Rodrigo Rato o Isabel Tocino.

Frente a él apareció una lista alternativa encabezada por Antonio Hernández Mancha para la presidencia. Y en su lista iban figuras como el poderoso Abel Matutes de Baleares, el madrileño Alberto Ruiz Gallardón o el gallego Mariano Rajoy.

Hernández Mancha ganó aquella batalla y por goleada. Y su primera medida, una moción de censura, buscaría consolidar a AP como alternativa y evitar el sorpasso. Eso se consiguió pero a costa de una gran erosión personal. Además Mancha no pudo lograr la unidad del partido, constantemente blanco de reproches internos, conspiraciones y trifulcas, hasta el punto que Mancha hizo un llamamiento desesperado en una convención a que los críticos se integraran en la dirección.

No fue posible para Mancha. Los críticos lograron convencer al fundador, Manuel Fraga para que volviera y pilotara una ‘transición ordenada’ en la que el futuro de partido se decidiera por consenso patrocinado por la cúpula y no por luchas públicas. Un modelo que ha estado vigente casi 30 años, pero que quizá ahora ha quedado desfasado.   

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