EN 'LA LINTERNA'

Mónica González: “Lo que mueve el mundo no es la fama ni el dinero, sino el amor”

La periodista, escritora y guionista Mónica González Álvarez repasa en 'La Linterna' los testimonios recogidos en su último libro “Amor y horror nazi. Historias reales en los campos de concentración” de la editorial Luciérnaga

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Mónica González, periodista vallisoletana, recoge en su último libro siete historias de amor surgidas en los campos de concentración nazis. Lugares en los que “nunca pensé que fuera posible que alguien se pudiera enamorar o amar. Pero gracias a las personas que he entrevistado lo he comprobado”.

En 'La Linterna' de Juan Pablo Colmenarejo, el jefe de la sección de Cultura Ramón García Pelegrín ahonda en estas historias con la autora quien en los dos años que duró su investigación ha constatado que “pese a toda esa deshumanización, a pesar de que les despojaron de sus ropas, de sus cabellos, de sus enseres personales, de sus familias, hasta de su dignidad (…) lo que nunca les arrebataron los nazis fue el amor y la capacidad de amar”. Mónica González reconoce que en los tiempos que corren esos gestos de cariño que se vieron en campos de concentración como Auschwitz “pueden parecer hasta ñoños, pero cuando no tienes a nadie alrededor, uno necesita el cariño de alguien. Una mirada, un gesto, te enternecen”. Es en esos momentos cuando “el amor se convierte en un instrumento maravilloso de coraje”.

Historias reales

Paula y Klaus Stern entraron en Auschwitz ya casados y los separaron. Mónica González relata cómo tras hablar con Paula -que en la actualidad tiene 95 años- se ha convencido de que si no hubiese estado casada, no habría sobrevivido. La pareja vivió esos años de separación  sin saber nada uno del otro, pero “sí sabían que el otro le estaba esperando. Y ambos sintieron lo mismo”. Estuvieron veintiocho meses separados, fueron deportados a varios campos de concentración y el momento del reencuentro “aún me pone la piel de gallina”, reconoce la autora. Se abrazaron “y fue como vivir de nuevo”. Su historia tenía un punto y seguido en Estados Unidos donde Klaus se negó a permanecer en silencio: “tenía que contar su historia, tenía un número tatuado en el antebrazo, había visto cómo masacraban a sus compañeros. Tenía que contar su historia”.

Pero la de Paula y Klaus no es la única historia de amor que se vivió en los campos de concentración. Mónica González ha dado voz a los sentimientos de Helena y Franz; ella, judía; él, un guardián de las SS que odiaba a los judíos. La conoció por casualidad, tras pasar por el barracón de Canadá donde se guardaban las pertenencias de los soldados. Ella acabó allí por casualidad y cuando fue obligada a cantarle el cumpleaños feliz, Franz se enamoró de ella. A partir de ese momento, el soldado nazi se desveló por cuidarla y protegerla: “le daba galletas para comer, salvó la vida de su hermana y arriesgó la suya por ella”. Elena no le amaba realmente, pero se sintió agradecida. En 1945 no hubo reencuentro. Rechazó la ayuda del alemán y vinieron a su memoria las palabras que le había dicho su padre: “nunca olvides quien eres, eres judía”.

Otra de las historias que hemos escuchando en 'La Linterna' es la protagonizada por Jerzy y Cyla. Se enamoraron en Auschwitz de donde escaparon juntos gracias a un disfraz de las SS. El destino los separó porque “él quería luchar contra el nazismo”, pero en el año 82 llegó el reencuentro con 39 rosas rojas como testigo una por cada año de separación. Para la autora es “una de las historias más tiernas y entrañables” a las que se ha enfrentado.

Según explica Mónica González la experiencia de escribir este libro le ha servido para darse cuenta de que “el ser humano es bueno por naturaleza. Son las circunstancias, la educación, nuestra vida, la que nos hace cometer errores y ser criminales”. Y recuerda que lo que mueve el mundo, a su juicio, “no es la fama, ni el dinero, sino el amor. Me ha enseñado este libro que el amor lo puede absolutamente todo”.