"Yo quiero ser de las de antes": la madre de Valencia que quiere romper las estadísticas de natalidad
Raquel y Carlos son los padres de Francesca, la primera bebé que ha nacido en la última década en Carrícola, un pequeño pueblo de Valencia, y que ha supuesto todo un acontecimiento
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En 2022 hemos tenido la menor cifra de nacimientos en 80 años. En cuestión de natalidad, España es el segundo país con peores datos de Europa, solo superados por Italia. En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, el número de nacidos solo es de 7,06 por cada 1.000 habitantes, una cifra muy similar a la media del país. Por eso, en algunos casos un nacimiento se convierte en todo un acontecimiento. A veces casi un milagro, como en Carrícola, un pequeño pueblo a 70 kilómetros de Valencia.
Francesca ha llenado de vida y de alegría esta localidad, y no es para menos, ya que es el primer bebé que ha nacido en la última década. Un niño siempre es una alegría, pero en este caso mucho más. Francesca ha redondeado, además, el número de habitantes de la localidad, que ahora son 100.
En pueblos envejecidos como este, el llanto de un bebé es más bienvenido que nunca, pero Francesca, que solo tiene un mes, parece que es bastante tranquila por ahora. "No nos da casi guerra", asegura Raquel, madre de Francesca. "Se pasa todo el día durmiendo, comiendo y dándonos felicidad".
La pequeña se ha convertido sin lugar a dudas en la atracción principal del pueblo, todos quieren verla. "Parece que nos están esperando los vecinos", bromea Carlos, su padre. "Si salimos para ver si llega el repartidor con algo para nosotros, siempre hay un vecino atento que aprovecha para colarse en casa y ver a la nena". "Tenían muchas ganas de ver a niños porque para ellos es esperanza", apunta Raquel.
Raquel es de Valencia capital, pero Carlos es de un pueblo de la comarca, Benigánim. Terminaron en Carrícola por casualidad, debido a la reforma en su casa de Benigánim. Sin embargo, lo que en un principio iba a ser una estancia temporal de unos meses, se ha convertido en su hogar ya por dos años. "Nos ha gustado tanto que ya no nos vamos". dice Raquel. "Creemos que es el lugar idóneo para criar a un bebé, y esperamos que también la gente se anime a sumarse a nosotros, y lo vean como un ejemplo de que es posible criar a un bebé en un pueblo de 100 habitantes", comenta la madre de Francesca, que asegura que cuentan con todos los servicios necesarios a pesar de ser un pequeño pueblo.
¿Qué hace que los jóvenes retrasen el momento de ser padres?
Raquel tiene 34 años y Carlos 33. Ambos se encuentran en la media de edad en la que se tiene el primer hijo en nuestro país. Una media que, sobre todo, en el caso de las mujeres no ha parado de subir en los últimos años. Las dificultades para encontrar un trabajo estable o una vivienda son las principales razones de este retraso a la hora de ser padres. "Las circunstancias laborales nos acompañan, pero es ahora, con mis 34 años", afirma Raquel. "Yo tampoco me lo había planteado antes porque es ahora cuando he empezado a encontrar cierta estabilidad".
"En mi caso tal vez sea el peor momento por la inseguridad económica", admite Carlos, que es autónomo, aunque asegura que, afortunadamente, desde que empezó a trabajar por su cuenta en plena pandemia le ha ido bastante bien. "Al final nunca es buen momento, siempre te va a pillar algo para que no sea perfecta la situación para tener familia". En este sentido, la pareja se hace la siguiente reflexión: "Si antes, que pasaban hambre, tenían 5, 7 o 10 hijos, ¿por qué no vamos a tener nosotros 1, 2 o 3 si nos va bien?"
Aparte de las dificultades para conseguir una situación económica estable, la pareja también cree que ha habido un cambio en el estilo de vida que ha influido en la falta de nacimientos. "Creo que el estilo de vida que buscamos las nuevas generaciones es diferente. Antes se tenían los hijos pronto para ser padres jóvenes, ahora queremos ser jóvenes todo el tiempo que podamos y luego ya tendremos hijos", comenta Carlos. No obstante, parece que esta pareja pretende ir contra la norma, porque no está entre sus planes que Francesca sea hija única. "Yo quiero ser de las de antes, yo tres o cuatro", afirma Raquel. "Con amor y en un buen entorno, podemos darles todo lo que necesitan a nuestros hijos".