El anotador pionero de la NBA al que Adam Sandler rescata del olvido en su última película
Ossie Schectman fue el primer jugador que encestó en la mejor liga de baloncesto del mundo. La cultura popular homenajea ahora un legado desconocido
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Howard Ratner, el personaje interpretado por Adam Sandler que protagoniza la película Uncut Gems (Diamantes en bruto), es un gran aficionado al baloncesto. Sólo un fan de verdad sabría responder con acierto a la siguiente pregunta: ¿quién anotó los primeros puntos de la historia de la NBA? Por supuesto, Ratner conoce el dato, como buen judío y seguidor de los New York Knicks. Al divulgarlo, el joyero instruye en materia tanto a uno de sus socios como al 99% de los mortales. Porque, por desgracia, el nombre de Ossie Schectman, anotador pionero de la mejor liga del mundo, nos suena a chino. Y no debería.
Evoca a esas cuestiones imposibles del Trivial, de las que muy pocos salen airosos. Mucho ha llovido desde el 1 de noviembre de 1946, cuando la NBA, que aún respondía a las siglas de BAA, celebró su primer partido. Fue en Toronto, con los Knicks midiéndose a los Huskies, el equipo local, en el Maple Leaf Gardens. Cuya pista de baloncesto cubría el hielo de la de hockey, deporte nacional en Canadá. Eran otros tiempos.
Unos en los que no había triples y el límite de 24 segundos de posesión era inexistente. Además, los mates ni se intuían y la altura parecía cosa del circo más que una ventaja en la cancha (se ofrecieron entradas gratis para los espectadores del partido que midiesen más de 2,03). Sin embargo, las bandejas sí eran recurrentes entonces. Fue una de ellas la que permitió que Schectman, capitán de los Knicks primigenios, se reservase un lugar en las enciclopedias.
Aquella noche, anotó 11 puntos en la victoria del equipo neoyorquino (68-66), los primeros con los que empezó a cimentar una media anotadora de 8,1 por partido (disputó 54). La temporada 1946-1947 sería la única en la élite tanto de los Huskies derrotados en la jornada inaugural como de Schectman: cambió el baloncesto profesional, que le aportó 9.000 dólares de salario, por un trabajo como vendedor textil.
Atrás quedaron su iniciación en el deporte de la canasta gracias al instituto Samuel J. Tilden de Brooklyn. También su etapa universitaria en la Universidad de Long Island, donde ganó tanto el N.I.T. (más importante que la NCAA entonces) como el Campeonato Nacional. Aquel hijo de inmigrantes judíos procedentes de Rusia, nacido el 30 de marzo de 1919 ya en Estados Unidos, llegó a ser uno de los jugadores más destacados del país. E incluso el segundo máximo encestador de la ABL (otra de las ligas previas a la NBA) con los Philadelphia Sphas, campeones en 1943.
Tras su paso por los Knicks, Schectman, que jugaba de escolta o alero (hoy habría sido base debido a sus 1,83 metros de estatura), volvió a la ABL por un año (1947-1948). Los Paterson Crescents fueron la última parada de su trayectoria baloncestística. Pasó de intentar meter el balón en el hueco del peldaño más bajo de una escalera de incendios, cuando era pequeño, a jugar con los mejores. Y ser uno de ellos.
Aun así, Ossie y esa canasta inicial de la NBA que llevó su firma permanecieron en el olvido durante mucho tiempo. Demasiado, ya que hasta la mismísima liga tuvo que bucear en el archivo allá por finales de los años 80 para saber de la hazaña. Hoy, por suerte, podemos admirar en vídeo esa carrera al contraataque que culminó con dos puntos de leyenda. Y que permitió, de alguna manera, todo lo que vino después. Que no es poco: Mikan, Russell, Chamberlain, West, Kareem, Magic, Bird, Jordan, Kobe, LeBron y un largo etcétera.
Schectman, fallecido el 30 de julio de 2013, sólo se fue con el remordimiento de que los dribblings no se estilasen en sus tiempos, porque le hubiese encantado ponerlos en práctica. Por otro lado, nunca le importó que no le recordasen. Ahora, gracias al homenaje de un actor reconocible de Hollywood (en un filme en el que, por cierto, Kevin Garnett tiene bastante incidencia), lo hacemos. Y con todo merecimiento.