Viaja a Ucrania
La caravana solidaria de Rubén García ya está en Polonia
El de Osasuna viaja con cinco furgonetas cargadas con material médico, ropa y alimentos y volverá a Pamplona con un grupo de 30 refugiados ucranianos en una preciosa iniciativa.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El jugador de Osasuna Rubén García ha asegurado estar con “mucha ilusión” de poder traer a una treintena de refugiados ucranianos que recibirán una gran dosis de “cariño” tras una experiencia que el valenciano recordará “para siempre”. Este viernes será un día duro para el convoy que capitanea Rubén García. Ocho horas de viaje hasta Varsovia con llegada sobre las 17:00 horas. Después, regresarán para hacer noche en Alemania con los 30 refugiados.
El futbolista ha puesto en marcha un viaje lleno de esperanza del que volverán con unos 12 niños, madres y una mujer embarazada de 7 meses, personas que contarán con la inestimable ayuda del enfermero y la traductora que viajan en la caravana.
La columna se compone de cinco vehículos cargados de alimentos, medicamentos o ropa. Dos conductores por cada coche. El futbolista viaja junto a su novia y su primo: “El primer tramo conduje como 1.000 kilómetros y después cambiamos. Me gusta conducir y lo estoy llevando bastante bien”.
“Nos estamos encontrando con muchas obras que hacen que la velocidad se vea muy ralentizada. En el tramo de Francia, que fuimos por la zona interior en vez de ir por París, dimos con mucho tráfico y se hizo un poco más largo de lo que esperábamos, así que la vuelta la haremos por el norte con la intención de adelantar trayecto”, explica el natural de Xátiva.
Destaca la importancia de realizar paradas cada cierto tiempo para tomar un café o despejar la mente, aceptando el primer infortunio que tuvo lugar este jueves: "Tuvimos un problemilla con las pinzas de un coche que parecía que salía humo, pero el conductor ucraniano nos ayudó mucho, se metió debajo a arreglarlo y continuamos".
El plan es descargar en la capital polaca todo el material recogido durante estos días y tener una primera toma de contacto con los ucranianos para partir dos horas después: "Buscaremos romper el hielo rápidamente porque es lo más incómodo tanto para ellos como para nosotros. Queremos tranquilizarles y que se sientan más seguros".
La idea de esta acción surgió después de que el futbolista se inspirase tras una visita de uno de sus vecinos, quien había hecho el mismo viaje días antes: "Me comentó lo que había hecho, vi su sensación de gratitud y me vi con la necesidad de ayudar a esta gente de alguna forma. Pensé en hacer algo a nivel particular y gestionarlo desde Pamplona, pero lo comenté con mi entorno y nos lanzamos con la iniciativa".
"Conlleva una responsabilidad. No se trata de hacer un viaje a Polonia con cuatro amigos, traer gente y listo. Tienes que saber gestionar bien qué personas vienen a Pamplona, con qué familias van a estar y si van a tener casa", cuenta el jugador. Agradece la gestión que han realizado diferentes ONG para coordinar todo y el apoyo de familias de acogida: “Son iniciativas que son de alabar”.