Polémicas declaraciones
La abogada de Santi Mina asegura que la joven que le acusa de agresión sexual sabía quién era y buscaba dinero
"Tenía 30 años, era una mujer, y mi representado y su amigo unos niños, tenían 20 años", ha dicho la letrada de Santi Mina este viernes: "Su objetivo era exigir dinero a ambos".
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La abogada del futbolista Santi Mina, Fátima Magdalena Rodríguez, ha sostenido este viernes que el jugador del Celta contó con el consentimiento “en todo momento” de la mujer que lo ha denunciado por una presunta agresión sexual y que, “en el peor de los casos”, hubo un “error” por su parte en este consentimiento.
“Si no hubo consentimiento, como afirma la denunciante, desde luego, sin lugar a dudas, no supo transmitírselo. Luego, hubo un error con respecto al consentimiento (…) Incurrió en un error de tipo y esto destruye el dolo y la tipicidad subjetiva. Si se destruye el dolo y la tipicidad subjetiva, se debe llevar a la absolución”, ha dicho.
Así lo ha manifestado durante la última sesión de la vista oral ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, en la que Mina y el futbolista David Goldar, acusado únicamente por el abogado de la denunciante, han tenido el derecho a la última palabra, limitándose a agradecer a la sala el “respeto” y el trato que les han dispensado.
Defensa del jugador del Celta de Vigo
La letrada ha realizado un extenso informe con el que ha querido incidir en las supuestas contradicciones del relato de la mujer, insistiendo en numerosas ocasiones en el consentimiento que hubo por parte de ella. Así, ha señalado que ya en su primera declaración reconoció que cuando le dijo que parase, éste lo hizo y salió del vehículo en el que se encontraban la madrugada del 16 de junio del 2017 en Mojácar (Almería).
Ha añadido que una amiga de la denunciante afirmó que “ellos pensaron que la cosa iba a funcionar” pero que cuando vieron que la mujer no quería estar con los dos a la vez “cesaron sin más”, y que durante la fase de instrucción precisó que “ninguno de los dos la forzó, cuando ella quiso marcharse, se marchó”.
“Una cosa es que estuviera agobiada, pero eso no quiere decir que no hubiese consentimiento. Santiago, cuando se le expresa que no desea continuar, para en ese momento. No hubo signos inequívocos o falta de consentimiento hasta el momento en el que verbaliza que no desea continuar con la relación sexual. En ningún momento se percata porque ella tenía una actitud completamente activa con él”, ha resaltado.
También ha criticado la “memoria selectiva” de la denunciante, apuntando que ella misma manifestó que esa noche se tomó sólo una copa, pese a lo que -afirma la letrada- omitió hechos “relevantes” de la presunta agresión sexual.
Sabían que eran futbolistas profesionales
Ha insistido en que tanto ella como sus amigas sabían que Mina y Goldar eran futbolistas, porque hubo personas que pidieron sacarse fotos con ellos en los locales de copas en los que estuvieron, y ha sostenido que se fue con el segundo de ellos a una furgoneta con el “objeto” de “exigir una cantidad de dinero a ambos”.
“Se fue a una furgoneta, no a un hotel, en medio de un descampado (…) Además, tenía 30 años, era una mujer, y mi representado y su amigo unos niños, tenían 20 años”, ha apostillado. “Ella sabe en todo momento quiénes son y busca un fin económico”, ha reiterado, recalcando que si Mina le pidió perdón tras lo ocurrido no fue “por algo malo, sino porque tiene empatía y ella se sentía agobiada”.
También se ha referido al detective contratado para que la observase en su ciudad, insistiendo en que a esta defensa le importa poco cómo vista o cómo es su vida, pero sí contrastar las secuelas por estrés postraumático recogidas en el informe de las psicólogas del Instituto de Medicina Legal de Almería.
“Ella misma se descubrió (…) Carece de toda credibilidad”, ha dicho, aportando la vida laboral de la denunciante para añadir que nunca estuvo de baja y que los futbolistas han estado “apaleados por las mentiras” de ella, que “necesita justificar sus secuelas” para “instrumentalizar el diagnóstico con un motivo espurio”.
Además, ha anunciado que pedirá que se deduzca testimonio contra el abogado de la denunciante por referirse al ofrecimiento de 400.000 euros para que cambiase su versión de los hechos, por “vulnerar el secreto profesional entre letrados”. Ha mantenido que la acusación “ha querido darle la vuelta a la tortilla y decir que nosotros hicimos algo que no hicimos”, ha sostenido