BALONMANO | JUEGOS OLÍMPICOS

Francia se toma la revancha y recupera la corona olímpica

Francia venció al verdugo de España en semifinales, Dinamarca, y se quedó con el oro en Tokio. 25-23 para los galos que alcanzan el tercer oro olímpico de su historia.

Francia se toma la revancha y recupera la corona olímpica

Agencia EFE

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La selección francesa de balonmano se tomó la revancha de la final disputada hace cinco años en Río de Janeiro y recuperó la corona olímpica al imponerse este sábado por 25-23 a Dinamarca en la final de los Juegos de Tokio. El partido estuvo marcado por el excepcional trabajo de la zaga francesa que quedó perfectamente reflejado en el robo final de balón del pivote Ludovic Fabregas y que consumó el triunfo de los "Experts".

EL ROBO DECISIVO

Con un hombre menos, tras la decisión de Dinamarca de afrontar la última acción con siete jugadores de campo, y dolidos, tras dejar escapar una renta que llegó a ser de hasta seis goles (16-10), el equipo francés se aplicó como nunca en defensa.

Esta intensidad permitió a Fabregas arrebatar el balón a Mathias Gidsel y anotar a puerta vacía el definitivo 25-23, que otorgó al equipo francés su tercer título de campeón olímpico, tras los oros conquistados en Pekín 2008 y Londres 2012.

Y es que Francia no tuvo duda alguna en saber que ya de inicio, el único camino posible para doblegar a Dinamarca pasaba por aplicarse en defensa como nunca.

A esa tarea se empleó a conciencia el trío integrado por Ludovic Fabregas y los hermanos Nikola y Luka Karabatic, que conformaron un eje central de puro hormigón armado.

Todo un reto para los "ligeros" jugadores por los que apostado Nikolaj Jacobsen en estos Juegos de Tokio para acompañar a Mikkel Hansen en la primera línea del conjunto nórdico.

Ni el central Jacob Holm, ni mucho menos al eléctrico lateral derecho Mathias Gidsel pueden competir en kilos y centímetros con el trío de defensores galos. Una clara superioridad física que Francia estaba dispuesta a hace valer.

Incapaz de evitar caer en los continuos parones provocados por los contundentes contactos de los defensores, Dinamarca no pudo dotar a la circulación necesaria para encontrar la posibles grietas en muro francés.

Fue todo un problema para los daneses, que, incapaces de generar los espacios para aprovechar la velocidad de Holm y Gidsel, vieron prácticamente reducido su poder ofensivo a las acciones de Mikkel Hansen, que firmó la mitad de los diez goles que firmó Dinamarca en el primer período.

Una complicada situación que pareció dispuesto a solucionar el portero Niklas Landin, pero sus paradas sólo sirvieron para retrasar lo inevitable; la escapada en el marcador de un equipo francés, que no dejó de apretar las clavijas en defensa a su rival y en el que Vincent Gerard, guardameta francés, no sólo replicó todas y cada una de las paradas de Niklas Landin, sino que acabó superando en eficacia a su rival.

Francia llegó a ganar por seis y parecía imposible que un equipo tan experimentado como el francés pudiera dejar escapar esa renta, por mucho que enfrente tuviera dos estrellas de la talla de Mikkel Hansen y Niklas Landin.

Y lo cierto es que tanto Hansen, como, sobre todo Landin, que hoy contó con unos inmejorables aliados en los palos, hicieron todo lo posible por mantener con vida en la final al conjunto danés hasta el punto de entrar en los diez últimos minutos de juego con tan sólo un gol de desventaja (22-21) en el marcador.

Sin embargo, en los minutos finales, la mejor versión de Mikkel Hansen no apareció y aunque tuvieron un último balón para forzar la prórroga después de una perdida de Karabatic, la fiereza defensiva de Francia se impuso al ataque del equipo danés, que al contrario de lo que ocurrió en los Juegos de Río en esta ocasión tuvo que conformarse con la medalla de plata.