ATLETISMO | JUEGOS OLÍMPICOS
La íncreible historia de Barshim y Tamberi, los ganadores de la altura en Japón
El oro de la altura fue compartido por Barshim y Tamberi. El primero de ellos consultó a la organización si se podían dar dos oros y ante la respuesta afirmativa, ambos aceptaron.
Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El catarí Mutaz Essa Barshim y el italiano Gianmarco Tamberi, rivales, pero a la vez muy amigos desde hace años, compartieron el peldaño más alto del podio tras conseguir, al alimón, la medalla de oro olímpica de altura con una marca de 2,37 sin un solo fallo anterior, antes de fallar los dos sobre 2,39.
Con sendas medallas de plata en Londres 2012 y Río 2016, Barshim, el mejor saltador de altura desde los tiempos del cubano Javier Sotomayor, con 11 saltos por encima de los 2,40 metros desde 2013, logró en Tokio, con 30 años, su primer oro después de haber sido dos veces campeón del mundo, la última en su tierra en Doha 2019.
El catarí, segundo en la lista de todos los tiempos con 2,43, superó en el camino a la gloria, una rotura de ligamentos en el tobillo que sufrió el 2 de julio de 2018 en el Hungría, cuando estuvo a punto de batir el récord mundial, situado en 2,46.
Por su parte, el otro oro, el de Gianmarco Tamberi, también tiene detrás una historia emocionante. El italiano se perdió los juegos olímpicos de Río 2016 por una lesión en su pierna de batida. Una lesión que por su parte, se complicó hasta el punto de necesitar dos operaciones en su tobillo y tener dudas de si podría continuar con su carrera. El saltador de Civitanova grabó en uno de sus yesos,"Tokyo", como motivación principal para superar su lesión y esa escayola, la puso al lado en su salto y la agarró llorando a moco tendido de alegría después de conseguir, cinco años después de batir el record de Italia y aspirar a la gloria en Río, conquistar la cima en Japón.
Una historia de pura emoción la que se vivió entre ambos atletas en el Estadio Olímpico de Tokio, pocos minutos antes de que otro italiano, Jacobs, ganara la prueba reina de los Juegos.