TIEMPO DE ANÁLISIS

Manolo Lama: "La victoria nos ilusiona para fletar el barco que nos lleve a la final"

El narrador de la selección española en Tiempo de Juego analiza la goleada histórica de España ante Costa Rica, la mayor en la historia de La Roja en un Mundial.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Manolo Lama, narrador del de la selección española en Tiempo de Juego, habla en 'Tiempo de Análisis de la gran victoria de España ante Costa Rica (7-0), en la que el equipo de Luis Enrique logró una goleada que pasa a la historia de La Roja en las fases finales de los Mundiales. La mayor goleada de la selección española en la historia de los Mundiales relanza la ilusión con una pegada desconocida hasta el momento de una España que se ganó a pulso el derecho a soñar con algo grande en Qatar 2022, pasando por encima de Costa Rica y exhibiendo la perfecta combinación de fútbol y hambre de éxito.

“Hay que estar contento, porque hemos dado un exhibición, un auténtico espectáculo, un recital, y sobre todo, nos ha ilusionado para fletar ese barco que tanto deseamos que nos lleve el día 18 de diciembre a ese estadio de Lusail, donde se juega la final. España ha jugado muy bien; algunos dirán, “no, pero Costa Rica muy mal”. Sí, pero eso es problema de Costa Rica, no de nosotros. Marcar siete goles en un partido es difícil. Marcar siete goles en un Mundial es muy difícil. Y hay que destacar que España, lo más importante es que no se conformaba ni con uno, ni con dos, ni con tres, sino que iba buscando permanentemente más y más y más. Conseguir siete goles nos da casi el pase a la siguiente ronda, porque ganando a Japón estamos casi matemáticamente clasificados. Destacar que me ha gustado todo el equipo español, menos Unai Simón, porque es que no le han chutado. Ha sido un espectador. Bien por España, nos ilusiona y creemos que sí, que podemos tener dos estrellitas aquí en el pecho”

La mayor goleada de España en un Mundial

La selección española logró este miércoles la mayor victoria de su historia en los Mundiales con el 7-0 con el que apabulló en la primera jornada del grupo E de Qatar 2022 a Costa Rica, que, a la vez, sufrió su peor derrota de todos los tiempos en la fase final del torneo, por encima de los tres goles de diferencia con los que había sido derrotado en tres de sus 18 duelos precedentes en esta competición.

El equipo dirigido por Luis Enrique Martínez rebasó el 6-1 con el que España se impuso a Bulgaria el 24 de junio de 1998 en el Mundial de Francia, cuando el actual seleccionador aún era jugador. Marcó un gol en aquel encuentro, el 2-0 en el minuto 18. Antes había anotado su compañero Fernando Hierro. Y después lo hicieron Fernando Morientes, en dos ocasiones, Georgi Bachev, en propia puerta, y Francisco Narváez, 'Kiko. España fue eliminada en la fase de grupos, pese a ese triunfo.


Dani Olmo abre la lata en una gran noche

España debutó a lo grande. En estadio espectacular. El Al Thumama es un canto a la vangardia, un escenario de fuste. En su hermoso diseño ha participado un estudio de arquitectura español, Fenwick & Iribarren, con sede en Alcobendas (Madrid), que dio suerte a un equipo joven sub ´21 de mitad de campo hacia arriba y experto atrás.

El que abrió la lata también llevaba un 21, pero no era sub21. Su gran noche. El 21 es Dani Olmo. Es uno de los titularísimos de Luis Enrique. Alguno hay, aunque el relato oficial no entiende fijos. Es un dorsal con mucha mística en la selección española. Repleto de historia desde que Míchel en el año 86, se lo echara a la espalda en el Mundial de México y repitiera de nuevo en el de Italia-90.

Míchel y aquella selección de Luis Suárez en Italia aguantó mucha tralla. Con esa elección de Míchel, apareció el fútbol moderno. Hasta entonces, se ilustraban las alineaciones del 1 al 11. Así que Luis Enrique, en honor a Míchel, su gran amigo, al que apadrinó en su aterrizaje en el Real Madrid, le echó coraje y se puso el 21 en el Mundial de EEUU'94. Heredó su dorsal. Y la hemeroteca lo pone de relieve recordando el codazo de Tassotti, y con su camiseta blanca bañada en sangre.