TIEMPO DE ANÁLISIS

Pilar Casado: "La final de Copa será un clásico dos años después y es la octava final consecutiva del Madrid"

Pilar Casado, especialista del mundo del baloncesto de Deportes COPE, analiza la final de Copa entre Madrid y Barça de este domingo.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Pilar Casado, especialista del mundo del baloncesto de Deportes COPE, habla en Tiempo de Análisis de la final de Copa del Rey que enfrentará a Real Madrid y FC Barcelona dos años después de l última vez que ambos clubes se vieron las caras en este mismo escenario.

“Pues no sé si era la más probable o la menos posible, pero lo que es seguro es que ya tenemos final de Copa para la temporada 20-21, y es un clásico, vuelve a ser un clásico dos años después. Hacía dos años que no se enfrentaban en una final de Copa y el escenario es el mismo que de la de 2019, recordaréis aquella final de la polémica, pero muchas cosas han cambiado, tanto que el entrenador del Barça es otro, Sarunas Jasikevicius, un entrenador que dice no haber preparado mentalmente al equipo para el partido de cuartos, pero para semifinales cambió y mucho. El Barcelona desde la presión asfixió a Baskonia y es verdad que Baskonia volvió al partido, pero un toque de atención a los suyos en forma de tiempo muerto, terminó de desenfocar la rebelión baskonista, que por cierto, Dujkovic se va un poquito enfadado porque sabe que los suyos pueden competir mejor. El Barça otra vez el Madrid, ocho finales consecutivas lleva el equipo blanco y esta generaba más dudas. Físicamente no estará en las mejores condiciones, pero contra un renovado Tenerife, recuerdo una frase de Sergio Llull que decía ‘peor no lo podemos hacer y estamos a seis’, pues a partir del descanso vino la remontada. Tenemos una gran final mañana a partir de las seis y media de la tarde en este mismo escenario”.

Barcelona - Real Madrid, dos años después se vuelven a encontrar en la final de la Copa del Rey

REAL MADRID, 85 - LENOVO TENERIFE, 79

El Real Madrid se clasificó para la Final de la Copa del Rey tras vencer al Lenovo Tenerife por 85-79 en un partido que el equipo canario dominó los primeros 28 minutos y en el que la actuación de Fabien Causeur y Gabriel Deck, ambos con 18 puntos, resultó fundamental.

A golpe de triple saltó el Tenerife al partido, con Bruno Fitipaldo y Aaron Doonerkamp como primeros francotiradores. Fran Guerra también contribuyó con un 2+1 tras superar a Walter 'Edy' Tavares, 3-9 (min.2.15).

La energía de los insulares en el juego de ataque y defensa, no fue bien asimilado por un Real Madrid un tanto contemplativo en defensa y sin un ataque decisivo. Con la salida de Marcelinho Huertas y Gio Shermadini, el Tenerife dio un pasito más, lo que le permitió cerrar el primer acto con ventaja, 19-23.

En el segundo cuarto, el triple canario volvió a tomar protagonismo con dos de Tyler Cavanaugh y dos de Fitipaldo para cerrar un parcial de 3-16 en los primeros cinco minutos, momento en el que Pablo Laso decidió poner fin a esa dinámica forzando una técnica.

El 22-40 (m.15.15) fue la máxima renta del Tenerife y el punto de inflexión del Madrid. Sergio Llull fue el que comenzó la remontada con dos canastas directas, como había solicitado su entrenador.

Atacando directamente el aro a la primera ocasión, sin buscar jugadas elaboradas, el Madrid comenzó a anotar. También subió el nivel defensivo y las tornas se cambiaron, consiguiendo el Madrid un parcial de 15-4 en los cuatro minutos posteriores a la técnica de Laso. Del desastre madridista que vaticinaban esos 18 puntos de desventaja se pasó a un 40-46 al final de los primeros 20 minutos de juego.

Pese a salir más concienciado de la necesidad de aumentar su eficacia defensiva, la buena organización en ataque del Tenerife y su eficacia hicieron que la ventaja ventaja volviera a aumentar, 46-55 (m.23.30).

Txus Vidorreta volvió a calcar el plan de partido de la primera parte, dando entrada en ese momento a Huertas y Shermadini. El Madrid, a trancas y barrancas, con esfuerzo comenzó a reducir diferencias, 55-59 (m.27) y ponerse por primera vez en todo el partido arriba en el marcador, 61-59 a falta de minuto y medio, tras una cabalgada de Fabien Causeur.

El parcial en los últimos tres minutos del tercer cuarto fue de 10-2, lo que permitió al Madrid cerrarlo con 65-62. El marcador se paró en el inicio del cuarto de la verdad, 2-2 en los primeros 3 minutos, 67-64. Causeur y Deck tomaron el mando de la situación y el Madrid adquirió una renta importante de 7 puntos, 79-72 a falta de menos de tres minutos.

La experiencia del Real Madrid hizo el resto para ganar por 85-79 y clasificarse para la final.

BARCELONA, 77 - BASKONIA, 68

Barça y Real Madrid reeditarán este domingo, dos años después de su última cita, la final de Copa más repetida de la última década tras el triunfo incontestable de los azulgranas en una semifinal con poca historia, en la que despachó con un juego coral y su dominio en el rebote a un desconocido TD Systems Baskonia, al que no le bastó su reacción en el último cuarto (77-68).

Porque los vitorianos solo plantaron cara al inicio y cuando ya era demasiado tarde. Su mejor puesta en escena, con un Pierria Henry enchufado que monopolizaba todo el juego de su equipo y anotaba diez de sus doce primeros puntos, fue un espejismo, porque mediado el primer cuarto se produjo un apagón colectivo que tuvo a los vitorianos más de cinco minutos sin sumar una sola canasta.

Con un juego espeso y errores continuos en ataque, también perdían la batalla bajo aros y no se parecían en nada a la versión ofrecida el día anterior.

Además, como los triples no les entraban, el Barça se fue creciendo con el paso de los minutos, aunque tampoco andaba muy sobrado. Primero Nikola Mirotic y después Corey Higgins hicieron daño a una defensa que se veía claramente superada en el rebote, lo que se tradujo en la ventaja azulgrana al final de los primeros diez minutos (15-12).

El segundo cuarto transcurrió por los mismos derroteros. Sin ideas en el ataque vitoriano, que falló ocho de los nueve triples que intentó en la primera mitad, el Barça aprovechó para escaparse a base de acierto exterior. Primero fue Abrines, y le siguieron Mirotic por partida doble y Hanga. Con esos cuatro triples, la ventaja al descanso ya empezaba a ser preocupante (38-27. min 20).

En los 20 primeros minutos, los catalanes sumaban 26 rebotes, 12 de ellos ofensivos, por doce de su rival, que solo repartió una asistencia en ese periodo y vivió de un Henry que aportó 15 de los 27 puntos del conjunto vasco. Poco bagaje para colarse en una final de Copa del Rey ante un rival como el Barcelona.

Un 6-0 de salida tras el paso por vestuarios complicó más el panorama. Los de Dusko Ivanovic, que se vieron en un abrir y cerrar de ojos diecisiete abajo, enlazaron un 7-0 a favor gracias a un tiple de Henry y otro de Rokas Giedraitis que llegó acompañado de un tiro libre adicional. Ahí terminó su reacción, porque el guión del partido volvió a ser el mismo que hasta entonces.

Porque el Barça no se arrugó y siguió a lo suyo, fiando todo a su defensa, a su abuso bajo aros y a la inspiración de un Kyle Kuric que combinaba su habitual acierto con su contribución en el rebote. A ello sumaba la tranquilidad que otorga el tener unas rentas superiores a los quince puntos, aunque sabía que tenía enfrente a un rival del que no te puedes fiar.

Al último cuarto se llego con los de Jasikevicius con medio billete para la final en el bolsillo (64-47, min 30). Pese a llegar a perder por 20 puntos, el Baskonia siguió intentándolo, y de la mano de Achille Pollonara, llegó a ponerse a seis tras cinco puntos consecutivos del argentino Luca Vildoza, que apretaron la semifinal tras un 16-5 de parcial (69-63, min 35).

Al Barça le entraron las dudas. Jasikevicius paró el juego de inmediato para evitar sobresaltos de última hora porque sus hombres eran ahora los que no daban una a derechas. Jekiri recortó hasta los cuatro puntos la desventaja, pero hasta ahí llegó la rebelión baskonista, porque el partido se convirtió en un intercambio de tiros libres que benefició al equipo catalán, que volverá dos años después a una final copera, ante el mismo rival, el real Madrid, y en el mismo escenario que entonces.