Esta es la parte más sabrosa y desconocida de los tomates Raf de Almería

Muchas veces habrás escuchado decir que Almería es la huerta de Europa, y que desde esta provincia se cultiva y exporta salud a todo el mundo. Pero ahí no queda la cosa. El campo almeriense es el más idóneo para la producción del afamado tomate Raf. Una variedad que recibe esa denominación “en referencia a las siglas de Resistente al Fusarium” como nos ha contado Leopoldo Sánchez, experto en tomate de Grupo Agroponiente.

ORIGEN DEL TOMATE RAF

Este sabroso tipo de tomate tiene su origen en Francia aunque se fue extendiendo por toda la vertiente mediterránea para quedarse en Almería donde las condiciones de la salinidad del suelo y la climatología sumado al manejo de los agricultores, han hecho que esta tierra sea la más adecuada para su cultivo. “Además alcanza un gran sabor muy conocido y se ha posicionado como el tomate gourmet por excelencia”, apunta Sánchez.

Sus características organolépticas tienen que ver con el estrés salino al que se somete a la fruta.

BENEFICIOS DEL RAF PARA LA SALUD

Los beneficios nutricionales de comer tomate crudo a diario son diversos: mejora la circulación sanguínea, protege la vista, previene enfermedades cardiovasculares, es un remedio natural contra el envejecimiento y sirve como gran diurético. Contiene licopeno que es el responsable del característico color rojo y, además, se ha comprobado que ayuda a reducir el colesterol y la presión arterial.

MEJOR MANTENERLO A TEMPERATURA AMBIENTE QUE EN LA NEVERA

Leopoldo Sánchez nos recomienda consumir el tomate fresco para la mejor absorción de todas sus propiedades y a temperatura ambiente ya que el frío puede enmascarar el sabor. “Si lo metemos en el frigorífico en una bolsa de plástico aguantará un par de semanas”, indica.

¿DÓNDE RESIDE EL SABOR Y CÓMO CORTAR UN TOMATE RAF?

En cuanto a la mejor manera de cortarlo Sánchez explica que es preferible hacerlo longitudinalmente porque todo el sabor reside en el “culete del tomate”.

Y, por último, nos aconseja quitar la raíz “debido a que amarga” y usar “un buen cuchillo que corte bien y no ablande el tomate”. Para ello, “colocaremos la fruta sobre una base sólida para que no pierda textura y cruja en la boca”, concluye.