SECCIÓN PSICÓPATAS
Tsutomu Miyazaki, el drácula humano
El japonés secuestró y mató a cuatro niñas de entre 4 y 7 años. Fue acusado de abusos sexuales, canibalismo y necrofilia.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La sección psicópatas de Diego Martínez en Herrera en Cope, trata hoy la historia de Miyazaki Tsutomu que secuestró y mató a cuatro niñas de entre 4 y 7 años. Conocido como el ‘Drácula humano’ o el ‘Asesino de la Niña Pequeña’, este asesino cometía abusos sexuales, canibalismo y necrofilia sobre sus víctimas.
Miyazaki Tsutomu había nacido de forma prematura, y eso provocó que sus muñecas no se desarrollaran, por lo que esa deformidad hizo que en la propia escuela sufriera acoso escolar. Tenía grandes complejos lo que le hizo un niño muy solitario y totalmente aislado.
El abuelo fue la única persona de su familia que siempre le mostró empatía. Cuando muere, Miyazaki se siente solo, se aleja totalmente de la realidad. Era tanta su cercanía que ingirió parte de las cenizas del abuelo, quería hacerlo parte de él. Hecho que quedó más que patente cuando ingirió parte de las cenizas de su familiar, probablemente en un intento de “hacerlo parte de él”. En ese momento, se vuelve violento, y llega a molestar sexualmente a su hermana, la que llega a agredir y también a su madre.
Tres meses después de la muerte de su abuelo, Miyazaki raptó a Mary Konno, una niña de 4 años. La metió en su coche y la asesinó debajo de un puente. Tras cometer el crimen, abusó sexualmente de su cadáver. Con esta primera niña inició el que sería su modus operandi: engañar a niñas que estaban solas para que se subieran en su coche para después estrangularlas, mutilarlas y abusar de ellas. En ocasiones, también fotografiaba a sus víctimas.
En apenas un año, asesinó a 3 niñas de entre 4 y 7 años. Su último crimen, en junio de 1989, Miyazaki se llevó por primera vez el cuerpo en lugar de abandonarlo. Cuando el olor se hizo más intenso, el asesino cortó la cabeza y las manos de la niña. Bebió su sangre de ahi el apodo de Drácula. Por miedo a ser arrestado, Miyazaki finalmente decidió quemar lo que quedaba.
Durante la investigación se descubrió que todas las familias de las víctimas tenían algo en común: habían recibido llamadas telefónicas en las que nadie contestaba al otro lado de la línea. El padre de una de las niñas además recibió una caja con restos humanos calcinados, diez dientes de leche y parte de la ropa de su hija.
La policía japonesa estaba alerta de la desaparición de las niñas aunque, en un principio, no se hallaba conexión entre las desapariciones. El 23 de julio de 1989 fue arrestado tras haber intentado asesinar a dos hermanas. La mayor consiguió escapar y avisar a su padre, quien, al llegar al lugar se enfrentó a él. Miyakazi Tsutomu escapó, pero la policía le capturó despues.
Miyazaki, que confesó los crímenes, fue sentenciado a pena de muerte en la horca poco después de su captura. Su padre, que no quiso hacerse cargo del pago de su defensa legal, se suicidó arrojándose a un río en 1994 y Tsutomu fue ejecutado en el 2008.