SECCIÓN PSICÓPATAS

Joel Rifkin 'El destripador de Long Island'

A raíz del suicidio de su padre, Joel se trastorna, cae en profundas depresiones y comienza a relacionarse con prostitutas. Vive obsesinado por las noticias sobre violencia.

Joel Rifkin 'El destripador de Long Island'

Redacción COPE Almería

Almería - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La sección Psicópatas, de Diego Martínez en Herrera en COPE, ha tratado hoy de uno de los mayores asesinos en serie de Estados Unidos, Joel Rifkin. Adoptado a las tres semanas de nacer se sabe que sus padres eran dos adolescentes. Ya desde muy niño se vio que era un ser solitario. Nunca tuvo amigos e incluso en el colegio se burlaban de él. Considerado una persona inteligente, estuvo varios años ejerciendo varios trabajos, pero no le duraban mucho. Se le conoce un noviazgo con una joven que sufría depresiones.

En 1987, Joel recibe un golpe que cambiaría su vida, su padre, Bernard Rifkin, se suicidó al no poder soportar el dolor que le producía un cáncer que tenía. A raíz de esto Joel se trastorna y cae en profundas depresiones, y comienza a relacionarse con prostitutas. Aparte vive obsesinado por las noticias sobre violencia, prostitutas y asesinos en serie, a los que empieza a considerar 'héroes'.

En 1989 se cruza en su camino Susie, una prostituta drogadicta con la que se pelea y finalmente la asesinara estrangulándola en su casa. Tras matarla, Joel lo limpia todo y la mete en su cama, y duerme con ella. Tras despertar la llevó al sótano, donde la descuartizó. La cabeza de Susie acabará en un bidón de pintura y el resto del cuerpo descuartizado, en bolsas de basura. Además de esto le arranca los dientes y las yemas de los dedos, para evitar su identificación.

ARROJANDO RESTOS DESCUARTIZADOS

Después de esto Joel recorre las calles de Manhattan con el coche de su madre, arrojando las bolsas con los restos descuartizados de Susie. Años después el bidón de pintura con la cabeza de Susie fue localizado en un campo de golf, pero no pudo ser identificada hasta que el propio Rifkin confeso su asesinato en 1993.

En 1990 Rifkin llevó a otra prostituta, Julia, a su casa. Esa noche mantiene relaciones sexuales, para después asesinarla, violar su cadáver y descuartizarla. En esta ocasión metió los trozos en cajas recubiertas de cemento, y volvió a arrojarlo por la ciudad. Un año después la víctima es Barbara Jacobs. A la que estrangula y cuyo cuerpo mete en una bolsa para posteriormente doblarlo y meterlo en una caja de cartón.

El 1 de septiembre de 1991, Joel asesina a Mary Ellen De Luca, otra prostituta drogadicta. Esta última es la que más desconcertó al propio Rifkin, ya que en una entrevista en prisión declaro que le pregunto a Mary Ellen si deseaba morir y esta le contesto que sí, y es más, no opuso resistencia cuando la estrangulo. El 26 de diciembre de ese mismo año la prostituta y drogadicta Lorraine Orvieto, fue la siguiente victima; y fue encontrada en julio del año siguiente.

La lista de víctimas continuó con Anna López en mayo del 1992 y Jenny Soto en noviembre de ese mismo año. Pero esta última consiguió herirlo en la cara. Tras lo que Rifkin se tomó un descanso de 15 semanas para recuperarse y replantearse su método de asesinato. Regresó a la actividad con el asesinato de Leah Evens el 27 de febrero de 1993, a la que entierra, pero lo hizo de forma tan apresurada que una mano de la víctima se veía sobresalir de la tierra.

DETENIDO Y CONDENADO

Finalmente Joel Rofkin es detenido el 28 de junio del 1993. Y todo gracias al exceso de velocidad con la que conducía de madrugada. Cuando los agentes que le dieron el alto se acercaron al vehículo de Rifkin observaron un bulto envuelto en plástico y atado con cuerdas; se trataba de Tiffani Bresciani, una prostituta de 22 años. Ese mismo día Rifkin confiesa la autoría de 17 asesinatos y lo confesó todo sin remordimientos, explicando con todo detalle los nombres, localizaciones y formas en que mató a todas sus víctimas.

Tras esto su madre dio autorización para que la policía registrara su habitación, donde se localizaron varias docenas de carnets de conducir, fotos, joyas, maquillaje y ropa femenina. En el garaje se encontraron diversas bragas manchadas de sangre y una sierra con restos humanos.

Ya en prisión el propio Rifkin le conto a su psiquiatra que tenía visiones en las que moría a los 64 años, como su padre y que la razón por la que mataba a prostitutas era para enviarlas al más allá para que su padre no se sintiera solo. Finalmente fue condenado a 203 años de prisión, condena que continua cumpliendo en una prisión aislada, en las montañas del estado de Nueva York.

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