ALMERÍA

La Santa Cena resplandece en su Estación de Penitencia

La Borriquita estrenaba tres nuevas imágenes del paso de misterio: San Juan Evangelista, Santiago el Mayor y una mujer hebrea con un niño entre sus brazos.

Alberto Sentís

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La Borriquita inaugura el Domingo de Ramos en Almería, con la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, con su pueblo recibiéndolo con júbilo en una amalgama de colores formada por el dorado de las palmas y el verde de las ramas de olivo. A las diez y cuarto las puertas de la Iglesia del Espíritu Santo se abrían para que los rayos de sol incidieran sobre el paso del cristo de la Victoria que este año estrenaba tres nuevas imágenes del paso de misterio: San Juan Evangelista, Santiago el Mayor y una mujer hebrea con un niño entre sus brazos. Un misterio, el de la entrada de Jesús en Jerusalén, que es portado por cuarenta costaleros y que recorrió el centro de la capital junto a gran cantidad de niños ataviados de hebreos. Tras él la antiquísima imagen de la Virgen de la Paz, pues data del siglo XVIII y que con su palio blanco se cubría de la soleada mañana almeriense. Hacía las dos y media de la tarde volvió de nuevo a su templo como preludio de lo que se iba a vivir en unas horas.

Y es que por la tarde tres grandes hermandades hacen su estación de penitencia por las calles de la capital. Desde el barrio de los Ángeles, llegaba al centro en loor de multitudes su señora, revestida con tonos celestes y el paso de misterio del Cristo de la Misericordia. La Hermandad de los Ángeles comenzaba su caminar a las cuatro y cuarto de la tarde con un primer paso, el del Cristo de la Misericordia con nuevas imágenes secundarias este año: La de San Juan y María Magdalena. También estrenaban una nueva túnica bordada para el señor y dorado del frontal del paso de misterio. Tras este gran paso de misterio y escoltada por un gran cuerpo de mantillas, Nuestra Señora de los Ángeles, que con su cuadrilla mixta completaba un itinerario que se cerraba al filo de la medianoche con la llegada a su templo.

Desde otro barrio cercano al centro, el de Regiones devastadas, llega un misterio con andares trianeros, el del Señor de las Penas, que es acompañado por la Virgen de la Estrella. A las cuatro y media desde la Iglesia de San Isidro Labrador la Cruz de Guía anunciaba la salida de otro imponente misterio, el de un Jesús de las Penas que está sentado en una peña en actitud orante con el Cirineo ayudando a llevar la Cruz, los dos ladrones Gestas y Dimas y los dos romanos uno a caballo y otro a pie. Los 45 costaleros a base de izquierdos, pasos atrás, costeros , picaitos y demás formas de andar, dejaron su impronta trianera por las calles de nuestra capital. Detrás la Virgen de la Estrella en su paso de palio con doce varales y de terciopelo azul marino, ponía ese contrapunto de sobriedad a una hermandad que se encerró hacia la una de la madrugada.

La iglesia de San Pedro, en el centro de la capital, se convierte en uno de los lugares claves del día el que se inaugura la carrera oficial sita en el Paseo de Almería. Desde mucho antes de las siete menos cuarto de la tarde las inmediaciones de la puerta lateral del tempo parroquial de San Pedro, se encontraban repletas de público esperando la salida de esta Hermandad Eucarística y Cofradía de Nazarenos de la Santa Cena y María Santísima de Fe y Caridad.

Tras la cruz guía de la Hermandad el impresionante paso de la Cena, en el que se representa a Jesús con su apostolado rememorando ese momento en el que se instauró la institución de la Eucaristía. Estaba adornado con orquídeas cymbidium manon, rosas cappuccino, clavel fabolous, helecho coral dorado y espigas como exorno floral.

Cuando el misterio ya se adentraba por el centro histórico de la ciudad por la calle Padre Luque, el cuerpo de mantillas de la Virgen de Fe y Caridad aguardaba en la Calle Ricardos la salida de la bella imagen, que iba engalanada con flores rosa mondial, tulipán royal virgin, frecsias, cryptomeria y palmas.

La Hermandad en la calle, recorrió cada uno de los conventos de clausura de Almería, para encaminarse hacia la Carrera Oficial. Ya pasada la medianoche, la Calle Ricardos volvía a ser un hervidero para despedir hasta el año que viene al Señor de Cena y a la Virgen de Fe y Caridad que pone ese epílogo a un Domingo de Ramos que arranca con una mañana victoriosa y se torna en una gran noche que sirve como antesala a la multitud de momentos emocionantes que se van a vivir durante la Semana de Pasión.