Zahara de la Sierra

Zahara de la Sierra se transforma para celebrar el Corpus

José Manuel Cabrales

Cádiz - Publicado el - Actualizado

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El Corpus, es una de las fiestas más importantes para los vecinos de Zahara de la Sierra fiesta, se celebra desde 1500 y está declarado Fiesta de Interés Turístico de Andalucía y de Interés Turístico Nacional.

Santiago Galván, Alcalde de Zahara de la Sierra cuento como las calles del recorrido se visten con juncias y palmas, se engalanan las rejas y balcones con populares colgaduras y en determinados espacios se levantan altares con motivos eucarísticos. La celebración del Corpus comienza con una misa en la parroquia de Santa María de la Mesa, para realizar luego la procesión del Santísimo Sacramento que recorre las calles de la población. La festividad se celebra en domingo y tiene su continuación al día siguiente, con la procesión de la Virgen del Rosario. También destaca el concurso de cachiporras zahareñas, las actuaciones, actividades y la gastronomía local en los negocios de restauración

Corpus Christi. Se celebra en Zahara desde el año 1500 hasta nuestros días, es sin duda alguna el Corpus mas singular de Andalucía, asi lo demuestra sus galardones únicos en nuestra comunidad. Declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional por Orden ministerial de 24 de abril de 1980 y Fiesta de Interés turístico Nacional de Andalucía por Orden de 20 de mayo de 1997.

Zahara se transforma esos días en un vergel autentico con el exorno de las calles y fachadas por la que procesiona la sagrada forma, arropada por una custodia centenaria de incalculable valor. La procesión se compone en lo esencial de los siguientes elementos: abriendo paso a la misma un tintineante guión barroco de plata al que contemplam los niños de primera comunión, autoridades variopintas y una multitud de fervientes seguidores que rezan y cantan embargados de emoción.

Sigue al guión el santísmo sacramenteo bajo palio rojo y gualda, cuyos varales portan orgullosos varones de la villa, haciendo estación en los numerosos altares que se levantan a lo largo del recorrido, repitiendo un acto liturgico que cada año brota y se representa en un marco incomparable.