Conoce las casas de cargadores de Indias, testigos del esplendor en los puertos del sur

El Palacio Aranibar será rehabilitado en El Puerto de Santa María según anuncio del alcalde Germán Beardo que lo destina a centro turístico, patrimonial y cultural de esta localidad, conocida siempre como 'la ciudad de los cien palacios' y no por casualidad. Muchos de estos vistosos inmuebles, entre ellos el elegido de titularidad municipal para este nuevo equipamiento público, están históricamente relacionados con la entrada de mercancías procedentes de América. Se trata de las que recibían, fruto de su fabril actividad mercantil en los siglos XVII y XVIII, aquellos que en su día fueron conocidos como 'cargadores de indias'.

Centro 'Cargadores de Indias' es, precisamente, el nombre que llevará este dinamizador del centro pretendido y que, con financiación de la Unión Europea dentro de la ITI de Cádiz tiene licitación que sale adelante por 412.680,20 euros y un plazo de ejecución de cinco meses. Ello hará de Araníbar un espacio eficiente para los objetivos pretendidos. Se espera que ello potencie los valores patrimoniales de este palacio construído en 1660. A principios del siglo siguiente, El Puerto sería punto crucial del comercio con el territorio americano, un papel compartido en simultáneo o sucesivamente con otras localidades como Cádiz, Sanlúcar de Barrameda o Sevilla que tienen, en sus respectivos entramados urbanísticos, con inmuebles de trazas similares fruto de un momento de indudable esplendor.

JUNTO A LA RIBERA DEL GUADALETE

A los ricos comerciantes portuenses que hicieron fortuna navegando a las Américas les gustaba vivir en pleno casco urbano, frente al Guadalete. Y no lejos de la ribera es donde asoman sus viviendas hoy convertidas en trozos sustanciales de la historia y conformadores del paisaje urbano más noble de la localidad. La Casa de los Leones, la Casa de Vizarrón, el Palacio de Villarreal y Purullena, la Casa de Rique Aguado, el Palacio de Reinoso Mendoza o el propio Palacio de Araníbar testimonian, tres siglos después, no sólo lo que llagarían a ser estas casas o sus moradores sino el esplendor de una época irrepetible para España y el sur, tan a la cola en la creación de empleo y riqueza en la actualidad y tal motor de la economía patria entonces.

La de Araníbar fue la morada de uno de los comerciantes más poderosos de El Puerto de Santa María. Su escudo puede verse bajo el balcón principal de su clásica fachada con acceso un día traspasado por el propio Felipe V. El rey llegó con toda su corte en busca del sol de estas latitudes y recibió acogida en el palacio. Hoy en día conserva la división entre vivienda y almacén aunque no tanto la distribución de sus habitaciones de entonces. Y aunque es todo un Bien de Interés Cultural (BIC) hubo, en su día, de ser remodelado para uso de viviendas populares.

EJEMPLOS EN CÁDIZ Y SANLÚCAR DE BARRAMEDA

En Cádiz, la actividad mercantil con América generó una arquitectura genuina que les permitió controlar la llegada de sus mercancias estuvieran o no en primera línea de costa: las torres miradores que coronaban estas viviendas domésticas adaptadas a las necesidades pero a su vez espejo de la prosperidad y gustos estéticos de sus moradores. La Casa de las Cadenas, la Casa-Palacio de los Marqueses de Recaño, la Casa del Almirante, la Casa de las Cuatro Torres y la de las Cinco Torres son ejemplos en la capital gaditana.

Sanlúcar de Barrameda por su parte, puerta del puerto de Sevilla en la misma desembocadura del Guadalquivir, fue también plaza importante cuya arquitectura histórica en este tenor queda representada por la Casa del Marqués de Arizón, la Casa Moreda y la Casa Rodríguez Pérez o Casa Mergelina como también se le llama.

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