Gastronomía
Conoce el tesoro culinario defendido por la OEPM: las patatas de Sanlúcar
La Oficina Española de Patentes y Marcas da la razón al Ayuntamiento sanluqueño frente a una empresa leonesa que ha pretendido apropiarse del nombre
Jerez - Publicado el - Actualizado
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Tan versátil en la cocina que no se ha dudado pretender la marca a casi un millar de kilómetros de distancia del lugar que le da nombre popular. Es de la variedad 'spunta', 'papa' tan apreciada por los paladares como conocida generalmente por un nombre que indudablemente apela a una cuna bien definida: Sanlúcar de Barrameda. Se trata de una patata "de las de toda la vida", bien conocida por el consumidor y manejable para el agricultor, apta para el cultivo en diferentes tipos de clima y de forma alargada, con una ligera forma de riñon, piel pálida y carne amarilla.
En la localidad gaditana se ha venido trabajando para que aquello que de facto le confiere el general conocimiento, el apelativo 'Patata de Sanlúcar', generara un reconocimiento oficial. Y la Oficina Española de Patentes y Marcas, dependiente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, da la razón ahora al Ayuntamiento sanluqueño que reclamaba ante el empeño de una empresa leonesa por hacerse con su uso. El Gobierno local trasladó alegaciones contra esta intención que incurre en la prohibición expresa en el artículo 5.1 de la Ley de Marcas.
LAS VENTAJAS DEL CULTIVO EN ARENA
Una de las peculiaridades que le confiere sus virtudes tan reconocidas es el terreno en el que se cultivan en la desembocadura del Guadalquivir, la arena. En contacto con productores de la zona, el prestigioso periodista gastronómico Pepe Monforte, editor de 'Cosas de comé', llama la atención sobre la gran ventaja de este lugar de cultivo que "permite a la patata expandirse a sus anchas mientras esta creciendo al ofrecer menos resistencia". "En los terrenos más arcillosos desentierran las patatas con la piel arañada", explican. Y añaden que, en la rena, salen perfectas.
"La ley de Colonización y Repoblación Interior de 1907 pretendió repoblar y hacer productivas las zonas agrícolas, dar un medio de vida a las familias pobres y, de paso, calmar los ánimos de la clase obrera, que en esa época estaban un tanto levantiscos", explica. Sólo queda la de Sanlúcar, la Colonia de Monte Algaida, que se inauguró en abril de 1914. Fue situada en una gran duna que el duque de Medina Sidonia cedió al municipio, y cada familia recibió una hectárea. Más tarde se sumarían montes comunales y, más recientemente, 600 hectáreas de marismas que se rellenaron con arena.
El suelo, el abono y el agua con que es regada configuran el cariz salino de un producto que en ello encuentra su incomparable y suave sabor frente a otras 'spunta' tan habituales en el norte de España, por ejemplo. La sanluqueña está indicada para cocciones y para añadirla a ensaladas. Ante la primera de estas aplicaciones no se puede olvidar un plato tan típico del sur y asequible como pocos como las 'papas aliñás' que en estos tubérculos de la zona noroeste de la provincia de Cádiz tiene su mejor aliado.
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