Covid-19
"No olvidemos que la residencia es el hogar del mayor, donde vive; no es un hospital chiquitito"
El doctor Javier Benítez Rivero, especialista en el ramo, defiende a los profesionales de los geriátricos, establecimientos que asegura están bien dotados de material preventivo
Jerez - Publicado el - Actualizado
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La Sociedad Andaluza de Geriatras y Gerontólogos (SAGG) ya salió al paso de las quejas que, en distintos ámbitos, han venido surgiendo contra la profesionalidad de los empleados que atienden las residencias de ancianos, que siguen siendo en muchos casos pasto de positivos incluso de fallecimientos a causa del Covid-19 como los dos registrados este fin de semana en la de La Granja, en Jerez. Ahora es el jerezano Javier Benítez Rivero, doctor especialista en Geriatría, quien insiste en exculpar a los trabajadores de estos centros de los problemas sanitarios que proliferan.
"Las residencias de ancianos fueron el caballo de batalla en la primera ola y lo siguen siendo en esta segunda" reconoce aunque persiste considerando que "las noticias han sido siempre negativas y, sin embargo, no ha faltado el esfuerzo de las plantillas de trabajadores, desde el primero al último, por ofrecer la mayor calidad profesional y personal, en el trato día a día, hora a hora, con los residentes". Y sentencia: "No olvidemos que la residencia es el hogar del mayor, donde vive; no es un hospital chiquitito".
El doctor Benítez, un reconocido especialista con muchos trabajos de investigación en torno a la salud de los mayores, lanza un mensaje a los ciudadanos para que se pongan en la piel de los profesionales: "No os hacéis idea, de verdad, de lo que es hacer una jornada de trabajo dentro de un equipo de protección individual (EPI), estar siete horas dentro de un mono íntegro, con patucos, gorro, sobrefunda para la cabeza, con la pantalla, con doble guante..." "Eso se hace por tus residentes, por tus personas mayores; de verdad que es encomiable el trabajo que hacen" señala.
La cuestión es, en el empeño de analizar los porqués del impacto del virus en las residencias de ancianos, que si la profesionalidad de quienes las tienen a su cargo está garantizada quizá haya que convenir que no estén bien equipados. Pero el especialista lo niega: "En la primera oleada es cierto que hubo falta de medios y fue necesario tirar de improvisación, pero en esta segunda oleada, y ayer escuchamos al presidente del Gobierno, los estocajes y las reservas estratégicas son un hecho".
Asegura que las residencias tienen, en estos momentos, guantes, EPIs, mascarillas quirúrgicas o mascarillas FFP2. "Tenemos toda la dotación porque hemos tenido meses para prepararnos; ahora no es por falta de material, lo que sucede es que una residencia no es un hospital chiquitito" explica equiparandolo a un domicilio: "Nosotros podemos tener en nuestra casa un tensiómetro o un termómetro pero lo que no tenemos en nuestro domicilio es un hospital chiquitito", vuelve a indicar.
Salvadas ambas cuestiones, tanto la altura profesional de los trabajadores de las residencias de ancianos como la dotación de material, no quedaría -según el doctor Benítez- sino el reconocimiento de la extraordinaria dimensión de la pandemia. Por ello cree necesario ahora el estado de alarma aprobado por el Consejo de Ministros y puesto en marcha este domingo. Y, eso sí, recuerda a todos el compromiso con las medidas de seguridad sanitaria que, a su juicio, a tenido graves incumplimientos.
Recuerda el doctor Javier Benítez Rivero la necesidad de ser celosos en el uso de la mascarilla, el mantenimiento de la distancia social y el periódico lavado de manos. Y lanza "un halo de esperanza'porque en todo el mundo se está trabajando en la fabricación de la vacuna, superaremos este procesio infeccioso contagioso".