Geología

Gazul, Anastasya, Pipoca y Tarsis: el Golfo de Cádiz tiene sus propios volcanes

Se trata de cuatro estructuras submarinas conocidas como 'volcanes de fango' y destacan por su importancia ecológica para cetáceos, tortugas o aves marinas

Gazul, Anastasya, Pipoca y Tarsis: el Golfo de Cádiz tiene sus propios volcanes

Gabriel Álvarez

Jerez - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Mirar sí tenemos alguno cerca es un común ejercicio generado por la expectación de la erupción volcánica en la isla de La Palma. También ayuda comprobar la nueva sacudida del Etna o, en general, la intensa actividad similar que, en estos momentos, hay en hasta una veintena de los 1.500 volcanes activos del mundo. La mayor parte de las veces no hay motivos para la preocupación. Pero siempre será ocasión de conocimiento de estructuras a las que, quizá, no le habíamos prestado atención hasta el momento.

Preguntarse por ello en la provincia de Cádiz es mirar hacia el mar. El proyecto Life-Indemares desarrollado en España entre los años 2009 y 2014 permitió en su momento la identificación, junto a otros en el Sur de Almería-Seco de los Olivos y el espacio marino de Alborán, de los denominados volcanes de fango del Golfo de Cádiz. Destacan por su importancia ecológica y tienen por nombre Gazul, Anastasya, Pipoca y Tarsis, todos ellos emplazados en el talud continental superior y medio.

IMPORTANCIA EN PLENO CORREDOR MIGRATORIO

Entre los 800 y los 1.200 metros de profundidad, en pleno Atlántico, se producen emanaciones de fluidos a bajas temperaturas saturados en metano que, lejos de los efectos que estamos conociendo a diario en La Palma, constituyen un gran beneficio medio ambiental. El Golfo de Cádiz se encuentra en el corredor migratorio entre el Atlántico y el Mediterráneo, zona de paso casi obligada para muchas especies: cetáceos, tortugas y aves marinas.

Son estructuras marinas complejas que compuestas, como señala el proyecto, "por rocas, enlosados y estructuras tubulares y columnares de hasta cuatro metros de altura" con origen en "la precipitación carbonatada compuesta por un cemento resultante de la oxidación microbiana, principalmente metano". Éste pasa por el biofiltro que suponen los tapetes bacterianos en la superficie del fondo y en su ruta hacia la columna de agua y posteriormente a la atmosfera.

Se tratan, en cualquier caso, de maravillas submarinas dignas de admiración incluidas en la propuesta del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a la Comisión Europea, de nueve Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) y 39 Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA). En conjunto, estos espacios aportan más de siete millones de hectáreas a la Red Natura 2000 española, multiplicando por ocho la superficie marina protegida.

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