Asidonia-Jerez

"Aprendamos a perdonar en la escuela del Corazón de Cristo traspasado por nuestros pecados"

Gabriel Álvarez

Jerez - Publicado el - Actualizado

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"Es innegable que el Señor viene en nuestro auxilio y nos dirige en cada momento la palabra que necesitamos escuchar", comienza su reflexión semanal de este viernes monseñor José Rico Pavés. "A nosotros nos toca prestar oído", añade el obispo de Asidonia-Jerez en el audio que acompañará los contenidos de 'El Espejo' de este viernes así como de 'Iglesia noticias' este próximo domingo. Puedes disfrutar de ambos espacios en antena, en COPE Jerez (105.8 FM y 1134 OM). Pero también puedes escucharlo aquí mismo.

"Eso es lo que significa literalmente la palabra latina 'obaudire' que da paso a nuestro verbo 'obedecer'. La fe implica obediencia en cuanto requiere de nuestra parte prestar oído a la Palabra de Dios. Una fe viva y despierta se reconoce en la capacidad de escucha. Reaccionar con fe a los acontecimientos cotidianos de la vida es posible para quien sabe proyectar sobre ellos la luz de la Palabra de Dios y, a la vez, sabe escuchar en ellos esa misma Palabra", explica el pastor diocesano.

"La Liturgia nos regala siempre la posibilidad única y admirable de acoger la Palabra de Dios como palabra viva para, desde ella, orientar nuestros pasos en el camino de la vida. Así, cuando nos disponemos a comenzar un nuevo curso pastoral, sin ser ajenos a las angustias y alegrías del mundo que nos toca vivir, la Palabra de Dios nos llama a llevar a la práctica una acción constitutiva de toda vida cristiana: el Perdón", añade monseñor Rico Pavés.

Desarrolla el obispo la idea señalando que "a la palabra de los discípulos '¿Cuántas veces tengo que perdonar al hermano que me ofende?', Jesús responde de forma clara y directa 'No sólo siete veces, sino setenta veces siete', es decir siempre.El mismo Jesucristo explica el alcance de su respuesta exponiendo la parábola del rey que ajustó cuentas con sus criados. A uno de ellos le perdonó una deuda inmensa, pero ese que había sido perdonado fue incapaz de perdonar a quien tenía con él una deuda miserable".

Las consecuencias de aquella actitud es también aclarada por Rico Pavés: "Quien así actuó recibió el reproche máximo del rey por no haber siso compasivo con su hermano cuando él mismo había recibido la mayor compasión. La conclusión del Señor es clara: "Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial si cada cual no perdona de corazón a su hermano". Y pasa a dar cuenta, a continuación, de "las lecciones de vida que este pasaje evangélico permite extraer y que son regalo de la Providencia".

Así, al inicio del nuevo curso pastoral recuerda "la necesidad de vernos como hermanos, la disponibilidad inaplazable de perdonar siempre, la conciencia humilde de la gravedad del propio pecado, la experiencia de haber sido perdonados y el reconocimiento de la desproporción que existe entre el Perdón que el Señor me regala y el que yo debo practicar con mis semejantes".

"Habiendo celebrado la Exaltación de la Santa Cruz, descubrimos hasta qué punto el Señor nos ama. Aprendamos en la escuela del Corazón de Cristo, traspasado por nuestros pecados, a perdonar de corazón a nuestros hermanos", concluye.

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