Asidonia-Jerez
Conoce el plus que la condición cristiana aporta al profesional sanitario
El Espejo de Asidonia-Jerez se acerca este viernes al testimonio del doctor Gaspar Garrote Cuevas, que a su cualificación médica suma la fe y nos explica cómo le ayuda en su labor
Jerez - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Ser médico en la actual situación de pandemia y saturación de los recursos sanitarios y de sus profesionales es un desafío que todo llevan con entereza y gran dedicación. ¿Qué aporta a quienes se encuentran en ese frente, en el que la lucha es titánica, la fe, la esperanza y la caridad cristianas? Responde a esa pregunta el doctor Gaspar Garrote Cuevas, licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid, especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo así como en Medicina Familiar y Comunitaria.
Se trata además del secretario general del Colegio de Médicos de Cádiz y Coordinador contra las Agresiones al Personal Sanitario en el Consejo Andaluz de Colegios Médicos. Todo ello ya lo cualifica sobradamente, pero él cuenta con algo más en su curriculum personal. Es miembro de los Equipos de Nuestra Señora y de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP). Y la fe marca su vida al modo que, como promueve especialmente esta entidad eclesial, es verdaderamente un católico en la vida pública.
La entrevista realizada en El Espejo de Asidonia-Jerez de este viernes subraya su pensamiento al respecto. "Cualquier médico, al margen de su confesión religiosa si la tiene, en una situación de este tipo enarbola la humanización de su ejercicio, es exigible", señala antes de profundizar en el aporte del cristiano. "Que los pacientes tengan que estar, por el aislamiento necesario, que desgraciadamente algunos fallecen solos, que los familiares viven ese sufrimiento en las casas sin poder estar con el paciente que saben enfermo y cercano al momento de la muerte en algunos casos eso nos obliga a toda la profesión sanitaria más cercanos que nunca de nuestros pacientes", aclara de modo previo.
Pero nos descubre que "si a eso añadimos la creencia religiosa todavía con más razón" y señala que "no es extraño ver a algún médico o algún enfermero o enfermera que, en la cabecera del paciente, pese a los guantes y la escafandra que parece uno un astronauta, la cercanía se produce, el consuelo se intenta, y desde luego la oración se hace presente". Al respecto de las circunstancias especiales a las que la Covid-19 está sometiendo a los sanitarios, explica que "estamos viviendo todo esto con cierto cansancio y viendo, desde marzo, el sufrimiento que esta pandemia está generando".
"Las dificultades que los tratamientos conllevan, si bien ahora estamos sabiendo mucho más y conseguimos en ocasiones ayudar mucho más a nuestros pacientes, pero evidentemente con cansancio y, si me lo permites, con un cierto grado de enfado". Y lo explica: "Desgraciadamente esta segunda ola, en gran medida, se está debiendo a la irresponsabilidad de unos pocos, y es lamentable cuando en los medios de comunicación se ve gente, este fin de semana, compartiendo en la terraza de un bar, sin mascarillas, charlando amigablemente y no siendo conscientes que ellos pueden enfermar pero además pueden llevar el virus a casa", insiste empeñado en un mensaje claro respecto a la necesidad de la medicina preventiva.
Más allá de lo bueno que la fe ponga en la dedicación profesional del sanitario, el Doctor Garrote la cree palanca de un comportamiento en general más responsable en la calle. "Se me viene a la mente la Parábola del Samaritano, pero también las Obras de Misericordia, eso a los médicos católicos nos compromete mucho más, pero no sólo a nosotros, en general todos los católicos debemos sentirnos más comprometidos en la medida en que, al margen de la profesión que podamos ejercer, seamos conscientes que podemos llevar el virus a los demás".
El programa se completa con el recuerdo de dos personas consdagradas que han fallecido estos días: Sor Victoria Virués, religiosa Hija de la Caridad, Hija Adoptiva de Jerez y responsable que fue del Comedor del Salvador, y el sacerdote Antonio Sizuela, durante mucho tiempo misionero en Malí. Además presentamos el Programa de Mayores de Cáritas Diocesana.