Asidonia-Jerez
"Necesitamos aprovechar la Cuaresma para sembrar la concordia"
Ucrania se hace presente en la primera reflexión de Monseñor Rico Pavés de este tiempo litúrgico recién iniciado al que el obispo de Asidonia-Jerez reconoce como "tiempo de gracia"
Jerez - Publicado el - Actualizado
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La Cuaresma llega con el zarandeo fuerte de un dramático ejemplo de la necesidad en el mundo de este "tiempo de gracia": los acontecimientos que está sufriendo Ucrania. Y Monseñor José Rico Pavés no ha desaprovechado la necesaria llamada a la paz a la hora de dar a conocer su primera reflexión semanal una vez llegado este tiempo litúrgico con la celebración eucarística e imposición de la ceniza de este pasado miércoles. Dos días después éste es su llamamiento. Escúchalo aquí así como en antena, tanto en 'El Espejo de Asidonia-Jerez' de este viernes como en 'Iglesia Noticias' este domingo.
"Cuando queremos aprender el arte de caminar juntos, el drama de la guerra ha irrumpido en nuestro mundo quebrando todas nuestras seguridades", lamenta el pastor. Y es cierto que "nunca Ucrania y el sufrimiento de sus gentes nos ha resultado tan cercano". "Así, cuando parece que se oscurece en el horizonte la luz renovadora de la Pascua, hemos entrado con toda la Iglesia en el tiempo de gracia que es la Cuaresma", añade antes de explicar la raíz histórica de este momento del calendario litúrgico nacido para acompañar a los que entraban en la fase final de preparación del Bautismo, que se recibía en la noche de la Vigilia Pascual.
LAS ÚNICAS ARMAS PARA EL COMBATE ESPIRITUAL
"La Iglesia estableció un periodo de cuarenta días para acompañar a los catecúmenos en el combate espiritual con las únicas armas de la oración, el ayuno y la limosna", dice. Y como "todo en la Cuaresma se orienta a la conversión y la renovación de las promesas bautismales, la liturgia de este tiempo se hace más expresiva en sus signos sobrios y en la fuerza de la Palabra". "Se trata de acompañar a Cristo en su camino hacia Jerusalén para entrar con Él en la ciudad santa y unirnos a su Pasión, Muerte y Resurrección", recuerda complaciéndose de que "a ello nos ayudan las numerosas expresiones de la piedad popular".
Se refiere el obispo diocesano, "especialmente las que nos invitan a poner los cinco sentidos en la contemplación de las imágenes que recrean, con singular maestría, el sufrimiento del Redentor y de su Madre Santísima". Y termina su reflexión recordando ese otro sufrimiento de tal actualudad: "Viviremos bien la Semana Santa y renovaremos con frutos las promesas de nuestro Bautismo en la Vigilia Pascual si no echamos en saco roto la llamada a la conversión; necesitamos aprovechar el tiempo de gracia de la Cuaresma para liberar el corazón de la esclavitud del pecado y sembrar la concordia que conduce a la paz".
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