Dos días para conocer cómo ser políticamente incorrectos "en defensa de la verdad"

"A través de la experiencia y el conocimiento de quienes nos acompañan pondremos rostro a quienes, con valentía, están contribuyendo a regenerar y clarificar el significado de lo que tiene valor, infundiendo motivos de esperanza, a pesar de que a veces exige sacrificio". Así se explica desde la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) el sentido de las Jornadas Católicos y Vida Pública que, este lunes 25 de abril y el martes día 26, alcanzan ya su décimosexta edición.

'Incorrección Política y Defensa de la Verdad' es el título propuesta este año para este encuentro de análisis que, muy genuino respectos a los objetivos de esta asociación, tienen lugar en el Auditorio San Juan Pablo II, en el Obispado de Asidonia-Jerez. Conferencias, mesas redondas y charlas coloquio nutren su programa, que cuentan con la participación de Higinio Martín, William Haag, Jaume Vives, Gonzalo Altozano, Juan Caamaño, Enrique García Maiquez, José María Contreras o Cristina Casabón.

"Cuando la conveniencia se constituye en la norma suprema de cualquier discurso, éste pierde todo su valor", explican en la ACdP y es por ello que alertan: "Adecuarse continuamente a lo que conviene decir o hacer, según un orden tácitamente establecido, es lo que ha venido sucediendo durante décadas en todo el ámbito público bajo el paraguas de lo políticamente correcto". "Sin embargo, la paradoja de esta artificiosa corrección es que, en su pretensión de eliminar cualquier prejuicio ha logrado condenar y excluir a todo aquel que se atreva a pensar, a plantear, a cuestionar", añaden.

Apuntan quer "ya con un cierto camino recorrido, asistimos a la evidencia de que la comúnmente aceptada corrección política nos ha ido imponiendo una estructura de pensamiento endeble y falaz, que aun atentando contra el más elemental juicio racional, ha logrado subvertir prácticamente todos los órdenes de las relaciones humanas". Pero reealizan su análisis desde la esperanza de que "el corazón del hombre guiado en su libertad tiende con naturalidad al bien y a la verdad, y es capaz de reconocer que en lo que es contrario a su naturaleza, nunca podrá alcanzar la meta de su plenitud personal ni la de los que conviven junto a él".

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