Piedad popular
Misión cumplida: la Virgen del Carmen vuelve a la Basílica
Una eucaristía presidida por monseñor José Rico Pavés acompañado por el provincial de los Carmelitas, Fray David del Carpio, clausura una semana de presencia misionera en Las Viñas
Jerez - Publicado el - Actualizado
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La siembra carmelita ha dejado huella fecunda en la parroquia de Nuestra Señora de las Viñas, en una populosa zona de Jerez de la Frontera sorprendida hace una semana por la visita y permanencia durante estas jornadas en su iglesia de una de las grandes devociones marianas de la ciudad. Nuestra Señora del Carmen Coronada, de hecho, ya hizo gala de sus gracias en otros lugares cuando hace siete días, en su traslado de ida, dejó poso en la capilla de San Juan de Letrán, las iglesias conventuales de los Dominicos y los Capuchinos, la parroquia de Nuestra Señora de Fátima incluso, junto a los templos, en otros sitios como la plaza de toros o el parque de bomberos.
Algo más que las celebraciones y reuniones realizadas en Las Viñas ha sido la Santa Misión presidida por María Santísima en esa imagen junto a la que se celebra en las calles cada 16 de julio, con motivo de su día. Pero en esta ocasión se festejaba el Centenario de la Coronación Canónica de la imagen y la intención consistía en cubrir la ciudad de las bendiciones necesarias deteniéndose en cada uno de los lugares mencionados. Este domingo 1 de mayo, el regreso a la Basílica Menor permite completar la misión cumplida pasando por la casa cuartel de la Guardia Civil, San Juan Bautista de los Descalzos, la capilla de la Yedra y las iglesias de Las Angustias y la Santísima Trinidad.
Antes que ese nuevo recorrido lleve de nuevo a la imagen a su sede de la Basílica Menor de Nuestra Señora del Carmen, la feligresía de las Viñas la ha despedida en una celebración eucarística presidida por monseñor José Rico Paves, el obispo de Asidonia-Jerez, acompañado en el presbiterio por el provincial de los Padres Carmelitas, Fray David del Carpio, y los Padres Redentoristas. Luego ha llegado la procesión de vuelta que llena las calles a su paso durante las cuatro horas largas en las que se prevé sea llevada a efecto. Tiempo de oración, de nuevas peticiones y de acción de gracias por los cien años que se cumplen de la Coronación Canónica.
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