Los Claustros alivian la nostalgia de procesiones con patrimonio de gran interés

El Ayuntamiento de Jerez de la Frontera y el Consejo Local de Hermandades y Cofradías han puesto en marcha una propuesta expositiva de gran calado con la que satisfacer, al menos en parte, las ganas con las que los ciudadanos se quedan por no poder disfrutar de las procesiones de Semana Santa por segundo año consecutivo. Se llama 'Cofradías, la huella del tiempo en Jerez' y presenta tal colección de imaginería, orfebrería, talla y demás resultados de los oficios artesanos que embellecen a las hermandades en su presentación en las calles que puede ser calificada de exposición antológica. Un interesante alivio de tanta nostalgia como se acrecienta cuanto más se acerca el Domingo de Ramos.

Los Claustros de Santo Domingo, en la céntrica Alameda de Cristina, abrió sus puertas este pasado fin de semana a unas visitas que, por cita previa y reserva expresa, se están realizando aprovechando al máximo los aforos permitidos. Con las medidas de seguridad sanitaria más que controladas, las siete salas habilitadas para ello están siendo ocupadas por multitud de personas dispuestas a confirmar lo que ya saben, que "todo lo que se enseña en la muestra es una forma de entender la vida", como dijo en la inauguración la alcaldesa Mamen Sánchez; elementos que "nos ayudan a profundizar y orar ante la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo", como afirmó el sacerdote Federico Mantaras, administrador diocesano de Asidonia-Jerez.

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Más de 300 piezas del mayor esplendor del patrimonio de las hermandades jerezanas quedan a la disposición del visitante. Entre ellas hay cuatro pasos de palio completos: el de la Piedad con bordados obra de las hermanas Antúnez, los del Desconsuelo y la Encarnación de Rodríguez Ojeda y el del Valle a cargo en su día de Carrasquilla. Junto a ello se exponen varios conjuntos escultóricos de autores tan reconocidos como Álvarez Duarte, Navarro Arteaga, Fernando Aguado, Dubé Herdugo, Ramón Chaveli, Paco Pinto o los hermanos Ortega Alonso así como el popular Marquillo que jala del Nazareno o la Chacha, esqueleto al pie de la cruz que en su día procesionara la Piedad como triunfo de la vida.

La cruz de plata y la vela del Cristo de la Expiración, la cruz de carey de Jesús Nazareno, túnicas bordadas como la de las avefrías de esta útlima imagen y otras de Jesús del Prendimiento, el Cristo de la Clemencia o la nueva del Señor de la Paz, cruces de guía, estandartes, simpecados, llamadiresm potencias, coronas, caídas y traseras de palios... Todo ello completa un recorrido que requiere tiempo y gran detenimiento porque la calidad y cantidad se ha convertido en la mejor expresión de las ganas que tenían las hermandades y cofradías de que salieran de las vitrinas esas joyas aunque no fuera para presentarlas en las calles de Jerez nutriendo sus recorridos procesionales.

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