reportaje

Cinco disparos a bocajarro y una huida, la investigación del presunto sicario de Palma del Río: "Poco habitual en Córdoba"

El caso del presunto sicario, condenado por asesinato y tenencia ilícita de armas, continúa abierto en búsqueda del autor intelectual de los hechos I El jefe de aquella investigación cuenta en COPE los detalles del suceso

Laura García

Córdoba - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

      
      
             
      

Cuatro menos veinte de la madrugada del 3 de julio de 2019. Carretera A-431 que une el municipio de Palma del Río, en Córdoba, con la pedanía de El Calonge. Un presunto sicario portugués, que responde a las iniciales de A.S.V, acaba de matar a Antonio, un vecino de Palma del Río, de 40 años, disparando cinco veces a bocajarro

En el coche también viaja su amigo, de copiloto, que es testigo de toda la escena del crimen. El jefe de la investigación del homicidio es Francisco G., subteniente jefe de la Unidad de Policía Judicial especializada en Delitos contra las Personas en la Guardia Civil de Córdoba. "Las víctimas vieron cómo un coche se detenía en mitad de la vía, les interrumpía el paso y tuvieron que parar. La persona que conducía el otro coche se bajó del vehículo y, sin mediar palabra, sacó un arma y realizó varios disparos contra el conductor del coche", explica a COPE.

El presunto autor huye. Su terminal telefónico no ha emitido señal en Córdoba a la hora del homicidio, sí una hora más tarde en Pedro Abad, dirección norte. Su coche, identificado en cámaras de la DGT en la A-4, ha pasado horas antes por Sevilla, en dirección Córdoba; y horas después por el túnel de Despeñaperros, dirección Ciudad Real. 

Es todo lo que tiene la Guardia Civil en ese momento. Y el relato del testigo. "En este caso, se plantean varios problemas: que los hechos se producen en una carretera sin iluminación, a altas horas de la madrugada, y sin cámaras que nos puedan aportar datos. Cuando tomamos declaración a la persona que le acompaña en coche, nos cuadra lo que dice con las comprobaciones que observamos en el lugar de los hechos".

Esa misma noche, la Policía Secreta estaba siguiendo a la víctima por sus vínculos con el mundo delincuencial de Palma del Río. "El fallecido estaba relacionado con el mundo delincuencial de la zona. De ahí también la dificultad de obtener datos, más adelante, del entorno familiar y social", relata F.G. 

La secreta dejó de seguirlo cuando comprobó que se dirigía a su vivienda habitual. El coche de la Guardia Civil paró, con las luces apagadas, y luego los agentes vieron a ese mismo coche pasarles a toda velocidad en dirección al centro de salud. "Nos trasladamos de urgencia al centro de salud cuando recibimos el aviso. Al llegar, el médico forense nos informa de que esta persona, a los pocos minutos de ingresar en el centro, había fallecido como consecuencia de los disparos", narra el jefe de la investigación.

      
             
      

inspección ocular, recogida de pruebas y toma de declaraciones: "una investigación nada habitual en córdoba y muy compleja"

Los siguientes pasos incluyen un intenso trabajo de la Policía Científica en la reconstrucción de los hechos y la toma de declaración al entorno cercano de la víctima. "Desde el primer momento, se intentan obtener indicios que apoyen a la autoridad para tomar medidas. Desde la inspección ocular que se realiza en el vehículo, donde se hallan dos de los casquillos que disparó el autor, hasta el entorno, donde se encontraron otros tres casquillos en el arcén de la carretera. También se hizo un visionado de cientos de horas de imágenes de las cámaras de la vía pública y carreteras cercanas para buscar datos sobre ese coche". 

La Policía Judicial tiene entonces un profundo trabajo por delante para reconstruir lo que pasó, y encontrar al presunto sicario. "Los más complicados son siempre este tipo de delitos, en los que el autor no tiene relación con la víctima. Es difícil investigar a alguien que llega a una zona, comete un delito y se marcha", apostilla F.G. Además de la prueba del coche avistado antes y después del asesinato, otra prueba es trascendental: el hallazgo de cuatro huellas en el vehículo de la víctima. Cuatro huellas en el capó del coche y en la puerta del conductor que coincidían con las del presunto homicida. 

colaboración con la policía judicial portuguesa

Esas pruebas se envían a Portugal. "La complejidad del caso radicaba en que el presunto autor no era de la localidad. Nosotros, apoyados por el laboratorio de criminalística de la Policía Judicial de la Guardia Civil, y el equipo de Policía Judicial de Palma del Río, se logran obtener indicios en el vehículo y la zona que nos encaminan a identificar a esta persona de nacionalidad portuguesa. Nos ponemos inmediatamente en contacto, a través de los canales oficiales, con la Policía Judicial portuguesa. Ahí comenzamos a trabajar juntos: le damos la identidad de esta persona, y ellos nos facilitan antecedentes violentos y muy similares al que se produjo en Palma del Río". 

      
             
      

Cinco meses después, varios agentes de la Guardia Civil de Córdoba, en colaboración con la Policía Portuguesa, acaban en la detención del presunto sicario, que ya tenía un proceso judicial abierto en el país luso. Después, se inician los registros en la vivienda del tenido, localidad de A Guarda, allí hay pruebas que le relacionan con el asesinato. "La investigación la llevamos nosotros, en colaboración con el Juzgado de Instrucción Número 2 de Posadas, que lleva a cabo una orden de detención europea para que podamos llevar a cabo los registros en compañía de los agentes portugueses", cuenta el subteniente. 

investigación abierta cinco años después: en busca del autor intelectual de los hechos

El juicio se ha resuelto en marzo de este año 2024, en la sección tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba. En él, el tribunal lo ha declarado culpable de un delito de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas. La investigación, sin embargo, aún continua abierta porque no ha podido comprobarse la identidad del autor intelectual de los hechos, ni siquiera que el crimen se cometiera por encargo. "Hay abiertas varias líneas de investigación, de las que no puedo contar nada. Habitualmente, se trata de organizaciones criminales que hacen el encargo a un sicario. Casi todos los homicidios y asesinatos que se producen con sicarios tienen detrás a una organización criminal dedicada al narcotráfico", asevera el jefe de la investigación. 

Desde 2019, se han producido en la provincia de Córdoba 17 homicidios dolosos y asesinatos consumados, según los datos de Criminalidad ofrecidos por el Ministerio del Interior. Siete en 2019, tres en 2020, uno en 2022 y cuatro en 2023. El asesinato por encargo, como el de Palma del Río, es muy poco habitual en provincias como la de Córdoba. "No son habituales, esto se da más en provincias de costa y en grandes capitales", añade Francisco.

      

La fiscalía pide ahora 27 años de cárcel para el portugués en un caso complejo de asesinato, en el que se ha volcado todo el esfuerzo de una profesión de riesgo y a la vez, como dice Francisco, jefe de la investigación, gratificante. "Mi familia es muy comprensiva, algunos también forman parte del cuerpo de la Guardia Civil. Entienden que hay que dedicarle muchas horas porque es un trabajo importante para la ciudadanía, más allá de las horas de servicio". 

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