Covap, 60 años generando un impacto económico positivo en la economía cordobesa y andaluza
Además en La Tarde de Andalucía, contamos qué mascarilla es más adecuada para tu actividad así como una empresa cordobesa que se ha convertido en la mayor productora de España
Córdoba - Publicado el - Actualizado
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Hoy en La Tarde de Andalucía hablamos de una de las empresas más importantes de la provincia de Córdoba, que lleva 60 años generando un impacto económico positivo en la economía cordobesa y andaluza.
El caso de Covap es un modelo de éxito, dado que ha permitido la modernización de la actividad ganadera de su área de influencia, la integración de la cadena de valor alimentaria y la mejora del bienestar del norte de la provincia de Córdoba.
Desde la Universidad Loyola Andalucía, han desarrollado un estudio sobre el impacto económico de Covap en la provincia de Córdoba, empresa que ocupa la segunda posición por volumen de facturación. Los resultados, obtenidos a partir de los últimos datos disponibles, muestran que el impacto de la cooperativa en la economía cordobesa alcanzó en 2019 los 904,77 millones de euros, lo que supone un impacto del 3,02 por ciento del PIB, y generó de forma directa, indirecta e inducida 10.185 empleos.
La responsable de este estudio, la profesora del departamento de Economía, María del Carmen Delgado, ha señalado que el impacto de la empresa no es solo en el sector agrario, sino en otros muchos sectores, como el transporte o el suministro de agua y electricidad.
Delgado ha señalado que cada euro gastado por la cooperativa supone 2,5 euros de producción en la economía cordobesa. En la última década, Covap ha doblado su cifra de negocios, pasando de 320,4 millones de euros en 2010 a 620 millones de euros como grupo.
¿Qué mascarilla debería utilizar?
Desde el Colegio de Farmaceúticos de Córdoba, hemos hablado con su presidente, Rafael Casaño, ha aclarado que las mascarillas quirúgicas no deben considerarse equipos de protección individual.
Las mascarillas quirúrgicas no filtran el aire exhalado, por lo que en espacios abiertos son útiles, pero no son completas. Sin embargo, la FFP2 si lo hace, por lo que es la más recomendada para los profesionales sanitarios. Respecto al uso de la doble mascarilla, no se ha demostrado que tengan eficacia.
Rafael Casaño ha señalado que el uso de la mascarilla quirúrgica suele ser suficientes para el día a día de una personas normal, pero recomienda el uso de las mascarillas FFP2 en aquellos ambientes que desconocemos, como los espacios cerrados donde no conocemos el método de ventilación, etc.
La vida media de las mascarillas son cuatro y seis horas de uso para ambas mascarillas, tanto quirúrgicas como las FFP2. Para el presidente del Colegio de Médicos, no tiene sentido el uso de las mascarillas FFP3 para aquellos que no son sanitarios.
Effimed, distribuidor nacional de mascarilla con sello cordobés
Entre las mascarillas más eficaces y que también son cómodas al ajustarlas al rostro destacan las de Effimed, el mayor fabricante de mascarillas que hay en España en estos momentos. Las mascarillas de Effimed tienen un 99,98% de eficacia de filtración bacteriana, una certificación que convierte a la empresa en uno de los fabricantes más importantes de España y se encuentra ubicada en Lucena.
Hemos hablado con Manuel Pastor, director general de Effimed, quien nos ha explicado cómo la empresa, dedicada al sector del frío industrial, decidió diversificar el mercado 2018 pensando en soluciones de frío para el sector biomédico. Pero con la llegada de la pandemia, decidieron comenzar con la fabricación de mascarillas.
En Julio comenzó su producción convirtiendose en el mayor fabricante de nuestro país, donde sus mascarillas cuentan con unos controles muy rigurosos, que les han otorgoda el mayor grado de eficacia para la filtración bacteriana.
Historia de Córdoba
También hemos descubierto donde vivieron los principales toreros de Córdoba: Lagartijo, Guerrita, Machaquito o Manolete. Todos los Califas del Toreo fueron de extracción humilde, naciendo, a excepción de Manuel Benítez «El Cordobés», en el barrio del Matadero, arrabal que comprendía el Campo de la Merced y los aledaños de la Torre de la Malmuerta. Del mismo modo, a la hora de elegir casa, todos ellos buscaron la cercanía al barrio que había sido su cuna.
Esta semana el escritor José Manuel Morales Gajete, fundador de Rutas Misteriosas, nos adentra en el Santuario de Santo Domingo Escala Coeli, que fue levantado por San Álvaro hace más de seis siglos. San Álvaro nació en Zamora, pero se hizo célebre en Córdoba, por sus numerosos actos milagrosos. Su fama de sabiduría y santidad lo llevan a ser confesor de Catalina de Lancaster y su hijo, el rey Juan II.
Según la leyenda un día, de camino al hospital de pobres de Córdoba, se encontró al borde del camino un mendigo tirado en el suelo. San Álvaro se acercó a asistirlo y, con cuidado lo incorporó, le dio agua, y se quedó junto a él a la espera de que pasara algún carruaje que pudiera transportarlo al hospital más cercano. Pero viendo que no pasaba nadie y que aquel hombre estaba moribundo, lo envolvió con su capa, lo cogió en brazos y subió con él hasta el convento. Una vez allí, varios frailes lo recogieron y, sin quitarle la capa, lo tumbaron en una cama para tratar de curarlo. Sin embargo, cuando le retiraron el manto que lo cubría, descubrieron ante el estupor de todos que no estaba. En su lugar, los monjes encontraron una gran imagen de un Cristo Crucificado, esa escultura con la que San Álvaro había soñado tantas veces. Los hermanos, asombrados por el milagro, lo entronizaron aquella misma noche en el altar mayor y se pasaron toda la noche rezándole, con la alegría de pensar que el cielo había escuchado sus plegarias.
En sus últimos años, mientras daba de comer a los pobres que subían hasta el convento de Santo Domingo, las rosas que recogían en el campo las convertía en pan para alimentarlos. Sin embargo, sus hermanos entendían que estos prodigios sólo propios de un Santo, no hacían otra cosa sino anunciar que pronto llegaría su hora.
Una tarde no acudió a rezar junto al resto de monjes, detalle al que nadie prestó mayor atención. Pero esa misma noche, sus hermanos comenzaron a escuchar sonar la campana del convento sin que nadie la tocara. Incluso por momentos parecía estar doblando a muerto. Cuando los monjes visitaron la celda del hermano Álvaro, descubrieron entristecidos que estaba agonizando. Y cuál sería su estupor al comprobar que, coincidiendo con el último suspiro del beato, la campana dejó de tocar sola. Aquí nace la leyenda, pues desde aquel momento, los monjes aseguran que la misma comenzó a tocar de forma espontánea cada vez que se acercaba la muerte de algún hermano de la comunidad, avisando de esta manera al prior para iniciar los preparativos. Y se silenciaba también cuando llegaba el fatídico momento, sin ningún tipo de intervención humana.