Fallece Antonio Gala a los 92 años, el cordobés adoptivo más ilustre de la historia
Dejó escrito: "Córdoba es para mí la ciudad soñada y que si no existiera habría tenido que inventármela"
Córdoba - Publicado el - Actualizado
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Su nombre de pila ya era un poema. Antonio Ángel Custodio Sergio Alejandro María de los Dolores Reina de los Mártires de la Santísima Trinidad y de Todos los Santos Gala dejó este mundo este domingo 28 de mayo de 2023 a los 92 años de edad para entrar en el legendario Parnaso de los mejores creadores españoles de los últimos tiempos.
Gala era cordobés por voluntad y convicción aunque nació y vivió hasta los nueve años en Brazatortas, Ciudad Real. Dejó Florencia para estar con su padre cuando sufrió Alzheimer y descubrió su propia infancia en ese periodo cuando su progenitor le hablaba de “su niño” en tercera persona. Con apenas catorce años ya proclamaba conferencias en el Real Círculo de la Amistad gracias a sus precoces lecturas de autores como Rilke, Garcilaso o San Juan de la Cruz. Desde los 15 años estudió Derecho en Sevilla mientras cursaba también estudios de Filosofía y Letras y Ciencias Políticas y Económicas en Madrid.
A pesar de haber empezado a preparar las oposiciones a Abogado del Estado, (“lo más aburrido que ha creado el demonio”, decía), lo dejó como rebeldía ante su padre para ingresas después en los cartujos. La vida monástica no estaba hecha para un hombre de su carácter y fue expulsado.
Entonces se dedicó a las letras. “El escritor es escritor, yo no sé si soy buen escritor, decía. Empezó su carrera teatral y literaria en Portugal, donde también impartía clases de Filosofía e Historia del Arte desde 1959. En el 62 se marchó a Florencia, donde gestó los poemas de su libro “La deshonra”.
Hombre de mala salud de hierro, en el 73 sufre una perforación de duodeno que casi acaba con su vida y desde entonces empieza a usar bastón, lo que le caracterizaría toda su vida. Llegó a coleccionar hasta 3.000 ejemplares de amigos y admiradores.
Colaborador de El País desde 1976 hasta el 98 y de El Mundo entre 1992 y 2015, comenzó a escribir novelas en los noventa, siendo su primera “El manuscrito carmesí”, con la que ganó el Planeta en 1990. Por su extensa obra también fue reconocido con el Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca y con un accésit en el Premio Adonáis de Poesía. También recibió el premio Quijote de Honor. Una de sus obras más exitosas, “La pasión turca”, fue adaptada al cine por Vicente Aranda.
Su estilo lírico, deslumbrante, culterano y cuidado está presente tanto en dramaturgia como en poesía y columnas.
En julio de 2011 anunció que sufría un cáncer de difícil extirpación que ya le martirizó hasta el resto de sus días.
Políticamente significado con la izquierda, aunque no identificado con ningunas siglas, reivindicó la autonomía para Andalucía en 1978 y posteriormente se mostró contrario a la entrada de España en la OTAN. En 2014 la Comunidad Judía de Madrid se querelló contra él por discriminación, incitación al odio, ofensa a los sentimientos de los miembros de una comunidad religiosa e injurias a raíz de un artículo titulado “¿Los elegidos?”.
En su "Córdoba de Gala" de Almuzara sentenció que "Córdoba es para mí la ciudad soñada. Esa ciudad en la que yo me paso la vida echando de menos y que alguna vez cuando vengo aquí empiezo a echar de más. Y que, si no existiera, habría tenido que inventármela"
Al margen de su obra, su legado se completa con la Fundación Antonio Gala para Creadores Jóvenes, dedicada a apoyar y becar la labor de artistas jóvenes, que él mismo catalogó como “la gran obra de mi vida”.
José María Bellido, alcalde de la ciudad, ha expuesto sobre el escritor que “es duro cuando llega el día de perder a este hijo adoptivo de Córdoba que en estos últimos tiempos ha llevado el nombre de la ciudad más lejos y más alto”.