REPORTAJE
Guardas del campo: así trabaja el Equipo Roca de la Guardia Civil en Córdoba
La campaña de aceituna está a punto de culminar en la provincia en un año con hasta 3.000 actuaciones de la Guardia Civil para evitar delitos en el campo
Córdoba - Publicado el - Actualizado
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La cosecha de aceituna está a punto de terminar. Este año, la sequía ha hecho que se alargue la campaña más de lo normal. La aceituna ha salido más tarde, más lenta, buena parte de la que ha crecido en la zona sur de la provincia, en la Subbética, ha tardado en madurar o aún lo está haciendo. Por eso se sigue recogiendo de los olivos a marchas forzadas. Los datos de la campaña no son buenos, pero han sido mejores que los del año pasado.
Hasta febrero, se han producido casi 145.000 toneladas de aceite. Un aceite que está caro, muy caro, es casi oro líquido, como se ha venido en denominar en alguna ocasión. El kilo de aceite en Córdoba está hoy a ocho euros. En enero, el preció rozó los 10 euros, nunca había estado tenido un precio tan elevado en los últimos diez años. Por eso, los ladrones saben que la aceituna es hoy un bien escaso y de gran beneficio. Y los propietarios de los cortijos y terrenos, saben que deben andar con cuatro ojos.
Esta sección de la Guardia Civil se creó en el año 2013 ante el aumento de robos en explotaciones ganaderas y agrícolas. En la provincia de Córdoba, hay seis equipos Roca, dos en la zona norte, dos en la zona centro, uno en Montilla y otro en la zona sur.
COPE ha acompañado durante una mañana a uno de los seis Equipos ROCA de la Guardia Civil que trabajan en la provincia de Córdoba para prevenir la delincuencia y mantener la seguridad en el campo. Son los equipos, según sus siglas, de lucha contra el robo en el campo. Funcionan en un engranaje perfecto que gracias al Seprona, Seguridad Ciudadana, Policía Judicial, Grupos de Información y los guardas rurales, que funcionan como empresa privada, pero que colaboran activamente con los equipos ROCA, son sus ojos.
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Los trabajadores de las guarderías rurales trabajan "sin descanso, más de lo que pone en el contrato", porque en el campo nunca se sabe cuando puede ocurrir algo. Nos los cuenta Manuel, guarda rural. La Guardia Civil también cuenta con el apoyo, en las fases más intensas de la campaña, que suelen ser entre enero y febrero, de drones, helicópteros del servicio aéreo y el Escuadrón de Caballería de la Agrupación Rural de Seguridad, que proviene de Madrid y trabaja durante un mes en Córdoba. Es un engranaje perfecto que funciona gracias al Seprona, Seguridad Ciudadana, Policía Judicial, Grupos de Información y los guardas rurales, que funcionan como empresa privada, pero que colaboran activamente con los equipos ROCA. Son sus ojos.
Un día con el Equipo ROCA de la Guardia Civil
Un grupo de cinco guardias civiles salen con tres coches a primera hora de la mañana hacia la Sierra de Araceli de Lucena, lo hacen liderados por Antonio Reina, teniente; y Pedro Gallardo, cabo jefe del área sur en el equipo ROCA. El primer destino: el cortijo de Juan, un hombre de 72 años que lleva toda su vida viviendo allí. Conoce el campo a la perfección.
Después, se dirigen de nuevo hacia terreno. Todavía quedan olivos con aceituna sin recoger, eso marca las zonas potencialmente vigilables. Al llegar, la Guardia Civil comprueba que la maquinaria y los trabajadores estén en regla.
El siguiente paso es el control por carretera. Se colocan en puntos clave de intersección que van variando cada día para no perder el factor sorpresa. Allí, el equipo ROCA cuenta con el refuerzo de otro equipo de la Unidad de Seguridad Ciudadana.
Y ahí se intensifica el control del transporte de aceituna y la maquinaria, su procedencia y su destino. Los delincuentes, dependiendo del robo que hayan realizado, pueden enfrentarse a multas económicas o incluso a varios años de cárcel. El último paso, si nada ocurre en el control en carretera, es comprobar la trazabilidad de la aceituna en grandes almazaras o cooperativas. Lo hacen a través del Documento de Acompañamiento al Transporte (DAT), que pueden rastrear este año con más facilidad gracias a una colaboración pionera con la Junta de Andalucía.
Se inspeccionan los puntos de recepción, ya sean almazaras, en cooperativas, como en este caso concreto, o puntos de compra. Es en estos puntos donde se suele vender la aceituna robada porque se puede falsificar el documento de identificación. Y ahí es donde más se afana la Guardia Civil. Si no se puede identificar de dónde procede la aceituna una vez incautada, el aceite se dona a una organización benéfica después de que el juez libere auto.