Luis Landero: “Que Dios nos libre del amor romántico, porque es una catástrofe espiritual”

El escritor extremeño presenta esta tarde en Córdoba su "Una historia ridícula". Una novela tierna y divertida protagonizada por un tipo muy singular

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Luis Landero: “Que Dios nos libre del amor romántico, porque es una catástrofe espiritual”

Toni Cruz González

Córdoba - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

El escritor extremeño Luis Landero presenta esta tarde a las siete en la Feria del Libro de Córdoba su “Una historia ridícula”. Una novela que explica el amor del meticuloso y bien pagado de sí mismo Marcial por Pepita. Un libro tierno y divertido, aunque mejor que sea el propio autor el que nos lo detalle.

-Un escritor no sabe lo que ha escrito hasta que un lector no se lo dice, como un cuchillo no se corta a sí mismo. Escribió usted eso en una columna. ¿Qué le dicen de la historia de Marcial y Pepita?

-Lo que los lectores me dicen es contradictorio, porque a algunos Marcial les cae bien, a otros mal y a otros regular. Eso me gusta porque quiere decir que es un personaje ambiguo y poliédrico, que cada uno lo ve de una manera distinta. Esa ambigüedad del personaje me gusta, porque yo también notaba mientras lo escribía que a veces me caía mal y otras bien. La verdad es que yo me lo he pasado muy bien con él, porque es un hombre que tiene un fondo de inocencia y de comicidad que le redime de todas las maldades que pueda cometer.

-Usted al margen de escritor y profesor ha sido mozo de almacén, mecánico, trabajador en un ultramarinos... Toda esa cercanía con el mundo seguro que le ha ayudado a encontrar algún Marcial. ¿Es, de hecho, Marcial, el trasunto de algún conocido suyo?

-Marcial tiene muchas cualidades y muchos defectos que son familiares a casi todo el mundo. Es difícil que alguien no se identifique en algún momento con Marcial, con alguno de sus defectos o características. De manera que hay muchos “Marciales”. Yo he conocido a algunos que se parecen bastantes al personaje de ficción. He hecho un viejo recurso de escritores. Con varios personajes reales he construido uno imaginario. Con varios parecidos a Marcial he construido a Marcial, pero los materiales vienen de la realidad… ¿De dónde van a venir si no?

-Dice Marcial que en gran parte somos lo que piensan que somos. Sin embargo, en su propia perfección radica su extrañeza y lo hace un tipo singular. Resulta contradictorio cómo Marcial, y en gran medida un poco todos, encontramos lo que nos define por la obsesión por el qué dirán.

-Es que es una obsesión, efectivamente, que puede llegar a ser enfermiza y nos puede hacer mucho daño. Hay que liberarse de eso. Como en el caso de Marcial es un hombre que tiene un alto concepto del honor y se han burlado de él y desconfía del prójimo, desde niño ha estado demasiado pendiente del prójimo. En un momento de la novela dice que a él no hacía falta que le dijeran que venía el Coco, bastaba con que le dijeran que venían los otros. Eso lo define, pero él intenta librarse de eso, por eso es contradictorio.

-En su opinión: ¿El amor desnuda los miedos o los viste de otros nuevos temores?

-Pues no lo sé, porque son aguas en las que yo no hago pie. Hay dos tipos de amor. Uno es el amor manso, que es el que suele existir y se confunde con la costumbre. En él se consigue la paz, el cariño, la amistad… Y luego hay otro que es el exaltado, el romántico, que es del que hablan los boleros y los poetas románticos. Existe muy poco, pero todos hemos conocido alguna vez. Yo lo conocí en la adolescencia. Y que Dios nos libre de ese amor romántico, porque es una catástrofe espiritual donde uno se enajena. Una especie de locura transitoria. Es lo que le pasa a este hombre, que conoce a ese hombre obsesivo y excluyente que destruye a una persona.

-No vamos a desvelar lo que sucede al final de la obra, pero seguro que puede asegurar que sorprenderá al lector.

-Yo mismo me sorprendí cuando lo escribía, porque no sabía los detalles. Es lo bueno de escribir, que uno va descubriendo cosas. Se hace camino al andar. Es un final tal vez sorprendente, pero es el único que he encontrado.

-Al margen de todas las profesiones que antes cité, usted ha sido guitarrista. ¿Le gusta venir a Córdoba en estos tiempos de flores, cruces y bailes? En el libro habla de pasada del cordobés San Eulogio…

-Yo soy flamenco además y en Córdoba ha habido buenos cantaores y buenos guitarristas. Córdoba es una ciudad maravillosa. Pocas ciudades hay tan bonitas. La de San Eulogio fue una historia más cruel de amor. Fue un aspirante a mártir que consiguió que lo mataran los musulmanes. Es una historia que leí hace mucho tiempo y me llamó la atención porque es curioso lo de que San Eulogio pidiera que quien quisiera ser mártir blasfemara contra Mahoma… Me parece que es una historia de lo más curiosa.

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