Sergio del Molino: “Mi generación es frívola al enfrentarse a la política y no valora la transición"

El escritor madrileño presenta el lunes su "Un tal González" sin saber si el ex presidente ha leído una novela inspirado en su vida:"Dice que se aburre de leerse cosas de sí mismo"

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Sergio del Molino:"Mi generación ha pecado de frívola al enfrentarse a la política y no valora los políticos"

Toni Cruz González

Córdoba - Publicado el - Actualizado

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El escritor madrileño Sergio del Molino presentará el próximo lunes en la feria del libro de Córdoba su “Un tal González”. Una novela que nos retrotrae a la últimamente controvertida y revisada por algunos transición.

-Su historia se centra en un tipo sevillano, de Bellavista, con mucho pelo que en su momento revolucionó la política española hasta el punto de que usted considera a Felipe González como un sex symbol de lo suyo

-No solo yo, sino España entera le consideraba un sex-symbol. Era algo que el propio partido explotaba mucho. Había un componente erótico sobre todo en sus primeras elecciones muy evidente. Este enamoramiento explica esta victoria electoral sin precedentes y que probablemente no se repita nunca más. Y espero que no consiga ningún partido nunca más.

-He leído que con su libro quiere “llenar de carne al personaje”, me parece una definición preciosa

-Es lo que debe hacer la literatura, que comprendamos su dimensión humana. Es un libro que intenta comprender su vida pública, pero también ponerme en su piel para comprender alguna de las cosas más duras e incomprensibles de un político muy hermético. Hoy tendría muy poco que hacer porque era muy frío y no hacía política sentimental. Todos podemos criticar y juzgar, pero lo interesante de la literatura es que nos permite traspasar esa barrera y darse cuenta de que las cosas pueden ser más difíciles de lo que parecen a primera vista.

-Cuando llega Felipe González al poder...¿Había en España más miedo o ilusión?

-Las dos cosas. Muchísimo miedo y temblor por el intento del golpe de Estado y deseos de normalidad. La ilusión era muy rara, porque era anhelo de un país normal. Es lo que querían los españoles y eso explica el triunfo de Felipe González. La búsqueda de una normalidad europea a la que España parecía ajena como si hubiera caído una maldición en nuestra tierra. Ese año sucedió algo rarísimo, que esa gente asustada tenía la ilusión de crear un país donde la vida fuera normal. A esos personajes les juzgamos ahora desde el hoy y no desde entonces.

-El mismo Felipe que critica ahora a las nuevas generaciones de políticos también fue criticado a su vez por sus predecesores

-Sus predecesores fueron una generación política malograda. Los políticos del exilio han mantenido, sobre todo en el PSOE como Rodolfo Llopis, una herencia y que han envejecido con unas retóricas guerracivilistas que no tenían nada que ver con el país real del 82. Hoy es muy diferente porque hablamos de generaciones que sí han tocado el poder mientras que Felipe González quería construir algo desde cero. Felipe González y el PSOE del exilio eran dos mundos antagónicos.

-Dado que su apuesta es apreciar ser hijos de la Transición más que nietos de la guerra civil, ¿cómo entiende que ese proceso tan crucial en la historia de España esté siendo objeto de revisión histórica?

-Es normal. Tiene que ver con la normalización de la Democracia. Muchas de las bases sobre las que se cimentó la Democracia tenían que ver con muchas personas que valoraban mucho la convivencia y la Democracia por encima de muchas cosas porque no la habían vivido. Ahora tenemos una Democracia muy consolidada y en la que hemos crecido un par de generaciones. Como no tenemos miedo porque la vemos como un paisaje es fácil que se interpreten antiguos paisajes como mezquindades. Todavía no nos hemos acostumbrado a poner la Democracia por encima de otras consideraciones. Mi generación, en general, ha pecado de frívola a la hora de enfrentarse a la política y no ha sabido valorar a los políticos de la transición.

-¿Los dos peores momentos del gobierno de González pudieron ser la huelga general del 88... y la entrevista que le hizo Iñaki Gabilondo?

-Tuvieron que ver más con los GAL y la corrupción en los noventa. La entrevista a Gabilondo marca el punto más turbio de su etapa. La Huelga General fue algo positivo, que nos dejó el hecho de que se rompiera la unidad de la familia socialista, especialmente por lo que hizo Nicolás Redondo con UGT, lo que fue bueno para la Democracia. A la larga así lo han percibido quienes lo vieron como un momento de debilidad.

-¿Qué va a encontrar el lector en su “Un tal González”? Tiene un poco de road movie también, ¿no?

-Una novela, una historia entretenida y una serie de personajes que tienen mucha miga y con los que uno se puede identificar muy fácilmente. Al principio hay mucho de “road movie” con coches de época recorriendo las carreteras bacheadas de la época y construyendo un proyecto político de forma casi milagrosa en mitad de una dictadura. Luego ya aparecen la modernidad y el dinero de un país que cambiar radicalmente. España cambia de un país a otro distintos en apenas unos años.

-Para terminar... a Felipe González le gustó su libro según tengo entendido... pero no ha acudido a ninguna de sus presentaciones, ¿no?

-No me consta ni que lo haya leído. Sus amigos y familia sí, pero él no lo sé. Si lo ha hecho, lo ha hecho en secreto y no lo ha confesado. Dice que se aburre de leerse cosas de sí mismo.

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