Una plaga de gusanos amenaza a 15.000 hectáreas de cultivo de almendro

El cultivo del almendro en la provincia de Córdoba está atravesando una situación crítica debido a la devastadora plaga del gusano cabezudo. Los agricultores han tenido que arrancar numerosos almendros en diversas parcelas, lo que ha resultado en graves pérdidas económicas. La plaga ha causado daños "graves e irreversibles", y la falta de tratamientos efectivos ha exacerbado la situación, poniendo en riesgo la economía agraria de la región.

Córdoba cuenta con aproximadamente 15.000 hectáreas de almendros, y la presencia del gusano cabezudo amenaza todo el sistema económico generado por este cultivo. Los signos de infestación incluyen lesiones en los órganos vegetativos de los árboles, que posteriormente afectan el tronco y las raíces, debilitando el cultivo y provocando la muerte de los árboles. Los síntomas más evidentes se observan durante el verano, con un debilitamiento progresivo de los árboles, que además se vuelven receptivos a otras plagas como los barrenillos.

Las larvas del gusano cabezudo son especialmente dañinas, destruyendo las raíces, debilitando el árbol, reduciendo la producción, provocando defoliaciones y eventualmente la muerte del árbol. Esta plaga es especialmente problemática en condiciones de secano, riego localizado o durante períodos de sequía. Ante esta situación, la organización agraria Asaja Córdoba ha alzado la voz y ha exigido a la Junta de Andalucía la autorización inmediata de los tratamientos necesarios.

Carlos Molina, técnico de Asaja Córdoba, ha solicitado que se realicen visitas de control a las zonas afectadas y sus alrededores para localizar posibles focos de la plaga y adoptar medidas rápidas de control, prevención e información, además de brindar asistencia técnica a los agricultores. Asaja ha explicado que la materia activa actualmente autorizada para combatir el gusano cabezudo en los almendros no está dando buenos resultados.

Este insecticida no se desplaza adecuadamente dentro de la planta, y el número de tratamientos permitidos es insuficiente para controlar una plaga que está presente prácticamente todo el año en el árbol. Además, la única materia activa autorizada no es eficaz en todos los estadios de desarrollo del gusano cabezudo, especialmente durante los dos años de desarrollo larvario en el suelo. En diversas ocasiones, Asaja ha solicitado la autorización de materias activas como Imidaclorprid y Clorpirifos, siendo esta última autorizada excepcionalmente en Valencia para los naranjos, pero la administración ha denegado estas solicitudes.

La organización ha expresado su desesperación ante la situación insostenible y la cantidad de gusanos en el campo, solicitando a la Junta de Andalucía que se permita repetir más de dos aplicaciones de Acetamiprid en los almendros de forma excepcional. Han argumentado que con solo dos aplicaciones no es suficiente, ya que la plaga tiene muchas más épocas de vuelo que las veces autorizadas para aplicar el tratamiento.

Asaja ha lamentado que la falta de materias activas autorizadas en Europa coloca a los agricultores españoles en desventaja frente a otros países. Por ejemplo, en Estados Unidos se permiten tratamientos con diferentes materias activas, e Italia autoriza algunas en contra de la legislación europea, beneficiando así a sus agricultores.

En contraste, en España se prohíben muchas de estas sustancias, lo que perjudica a los productores locales. La situación requiere una respuesta inmediata y efectiva por parte de las autoridades. La autorización de tratamientos adecuados y el apoyo técnico a los agricultores son cruciales para controlar la plaga y minimizar los daños. Los agricultores de Córdoba necesitan soluciones prácticas y viables para proteger sus cultivos y asegurar su sustento económico frente a esta amenaza persistente. La falta de acción podría tener consecuencias devastadoras para la economía agraria de la provincia y para los agricultores que dependen de la producción de almendros.