La procesión de la Candelaria en Granada ha sido un paso más en la vuelta a la normalidad (Reportaje gráfico)

El año pasado no se pudo celebrar la procesión de la Candelaria, una centenaria expresión de la piedad popular granadina en la que los hermanos de la Archicofradía del Rosario recorren el claustro del Convento de Santa Cruz la Real, llevando en andas a la Virgen. Como ya ha sucedido en los últimos tiempo, la imagen fue la que donaron las religiosas de Santa Catalina de Siena a la corporación y que es fiel reflejo de la Copatrona de Granada.

La cita comenzó con el rezo del Santo Roasrio, celebrándose a continuación una Eucaristía, en el transcurso de la cual se ofrecieron, de acuerdo con la ancestral costumbre, dos pichones, en recuerdo de lo que hicieron la Virgen María y San José con motivo de la Presentación del Niños Jesús en el Templo. No faltó tampoco en el Ofertorio la tradicional tarta, símbolo de la invitación que en esta fecha realiza la Archicofradía a los asistentes a estos actos, aunque en esta ocasión se suspendió, atendiendo a la situación sanitaria. Igualmente los mayordomos de este año, Juan García Montero y su esposa, María de los Ángeles Molina, ofrecieron al Niño Jesús que habitualmente porta la Virgen del Rosario y que además de portarlo durante la procesión, termina la programación de la jornada, tienen el privilegio de albergar en su domicilio durante las dos próximas semanas. Participó en la Santa Misa el Coro Santa Cecilia. Fue especialmente solemne el momento en que durante la Consagración los acólitos se arrodillaron ante el altar.

Finalizó la jornada con una emotiva procesión claustral en la que participaron los hermanos oficiales, la coral y numerosos devotos, siendo llevada en sus andas la Virgen, en medio de un ambiente de gran fervor mariano, alumbrado con las típicas candelas que dan nombre popular a la celebración.