DOMINGO DE RAMOS
Las cofradías dan un ejemplo de devoción y civismo en el primer día de la Semana Santa
El orden y el protocolo permitieron a miles de personas venerar a los titulares del Domingo de Ramos
Granada - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Foto: Cristina Bueno
Largas colas para entrar a los templos y todo ha transcurrido en orden durante el Domingo de Ramos. Por momentos, esas colas llegaban en la Cofradía de la Borriquilla desde la Parroquia de San Andrés, hasta la Puerta de Elvira. El templo acogió el emotivo acto en el que la Cofradía de la Alhambra quiso dejar la llave con la que cada año abre la Semana Santa, a los pies del Señor de la Entrada en Jerusalén, a la hora en que debía de comenzar la procesión Los granadinos tenían esperar durante prolongados períodos de tiempos para acceder al interior de las iglesias donde estaban expuestos a la veneración los titulares. Lo hacían de forma ordenada y cumpliendo con las normas de salubridad precisas en estos tiempos. Igual sucedía en el interior de los templos.
Un trabajo ejemplar y voluntario
El trabajo de las hermandades fue admirable y comprometido con la sociedad, unas veces procurando el ritmo adecuado de los tránsitos y otras incluso colaborando para que las citadas colas se desarrollaran de la forma adecuada. Voluntarios de las corporaciones colaborando para que la jornada se desarrollara de esta manera.
Gran labor el de los priostes al instalar los altares de culto, con escenas como las que se representaban en la Santa Cena, en una composición piramidal, en la que Jesús era el vértice más elevado y María Santísima de la Victoria la base de la geometría diseñada. Emoción como la que se vivía durante la Eucaristía convocada por la Hermandad de Jesús Despojado o la devoción con la que se siguió el rezo del Vía Crucis convocado por la Cofradía de la Sentencia en el interior de la Parroquia San Pedro y San Pablo. También merece destacarse en el cuidado detalle de la ambientación musical en directo en el interior de Parroquia del Sagrario, ante la Encarnación y el Cautivo.
Como se esperaba, no hubo procesiones, pero sí se celebró la Semana Santa, en medio de un fervor extraordinario, como sabe expresar el corazón más profundo del granadino.