La corrida de toros lorquiana terminó con la salida a hombros de Miguel Ángel Perera y Juan Ortega

Este sábado, 1 de junio, se ha celebrado la primera corrida lorquiana de la historia. Comenzó a hablarse de este asunto hace ya algunos años durante un programa de COPE, en el que Luis Carranza lanzó esta propuesta. El carácter lorquiano se lo dio con una extraordinaria decoración de la Plaza de Toros, siguiendo los diseños de Lolo Prados, la participación de los areneros ataviados con las vestimentas de la compañía teatral La Barraca, la interpretación de las canciones populares del poeta de Fuente Vaqueros en el paseíllo y durante el tercio de banderillas y el elegir la Huerta de San Vicente para que se vistiera Alejandro Talavante, que llegó a la plaza en un coche de época. Hay que destacar en el aspecto musical la intervención de la Banda del Carmen de Dúrcal, dirigida por Jorge Berrio, que es la que actúa en los festejos taurinos de Granada y que utilizó arreglos del director de la Banda Municipal de Granada, Ángel López Carreño, cuando se trató de interpretar música de Federico García Lorca.

El aforo de la plaza casi llegó a los tres cuartos. El espectáculo compitió con la final de la Champions. Se lidiaron toros de Álvaro Núñez, siendo destacado el tercero. El resto ofrecían algunas dificultades para el triunfo, fundamentalmente por la aparente falta de raza.

Perera

El cartel lo abría Migue Ángel Perera que había sustituido a Morante, quien presentó un parte médico para justificar su ausencia. En su primero lo recibió de rodillas desde el centro de la plaza y llamó la atención su quietud. Al entrar a matar, instrumentó un pinchazo y una estocada trasera. Recibió una oreja En el segundo destacó, durante la faena de muleta, una tanda de naturales y algunos pases ligados a pies juntos. Recibió otra oreja tras terminar con la vida del toro de un pinchazo y estocada.

Talavante

Alejandro Talavante, malogró con el acero dos buenas faenas. Fue el único que no abrió la puerta grande, aunque tuvo detalles de interés como un farol al recibirlo con la capa y el pisar terrenos complejos en su segundo, en el que al menos consiguió un apéndice.

Juan Ortega

Juan Ortega cortó una oreja en cada toro. Su primera faena fue de corte artístico. El toro le complicó en más de una ocasión el desarrollo de su labor, al buscarlo durante el último tercio Lo mató de una trasera efectiva. En la segunda mantuvo la misma línea y fue certero en la estocada.