Tiburón Club de Fútbol, temporada 1969/70

Estaba de estreno el estadio municipal Escribano Castilla, que apenas llevaba funcionando unos meses. La puesta en marcha del nuevo terreno de juego significó la vuelta de la liga local de aficionados, condenada desde la desaparición de El Majuelo a competición no federada que se disputaba en el campo de La Junquera, en la zona portuaria donde hoy se encuentra la refinería de aceite. La reglamentación exigía entonces que cada club debería contar con un equipo juvenil, de ahí que el Escribano Castilla alternara la liga de aficionados y la juvenil; un fin de semana una y al siguiente, la otra.

El Tiburón se convirtió pronto en uno de los equipos referencia de aquella época de ilusiones renovadas en el fútbol local. Por las caras de los componentes del equipo de la foto deducirán que éste estaba compuesto casi en su mitad por jugadores juveniles. El Tiburón se desenvolvió por mitad de la tabla de una liga en la que el Independiente y Los Leones eran los planteles poderosos. En la imagen que ilustra esta sección se encuentran, de pie y de izquierda a derecha: Moya, Rubiño, Ricardo, Juan Castro, Emiliano y Montes. Abajo, de izquierda a derechas: Puertas, Ízbor, Bea, Molina y Peluca.

En aquel incipiente Tiburón destacaban el central Ricardo, que era asimismo el más veterano del equipo; el mediocampista Rubiño, todo fuerza; Juan Castro, que jugaba de lateral, tanto por la derecha como por la izquierda; y, sobre todo, Emiliano Illescas, que no sólo era el portero del equipo sino también un buen mediocampista. Moya, Castro, Emiliano… son ampliamente conocidos en el mundillo futbolístico local, igual que Pepe Bea, padre Fran Bea, exjugador del Motril en diferentes etapas.