DEPORTES
Ismael Bacas y Luna Molina, campeones de la XXIII Subida Pedestre al Alto del Conjuro
Martín Calderay, del Team Halcón; y la misma Luna, del Vas Motril; vencen en la clasificación de locales
Motril - Publicado el - Actualizado
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Organizada por el Club de Atletismo Pazito a Pazito, y con la colaboración del Área de Deportes del Ayuntamiento de Motril, la Entidad Local Carchuna Calahonda, la Mancomunidad de Municipios de la Costa Tropical y la Diputación Provincial, se disputó la peculiar XXIII Subida Pedestre al Alto del Conjuro. Por primera vez en su historia la meta estuvo ubicada en el interior del Escuadrón de Vigilancia Aérea número 9 (EVA 9).
Un total de 154 atletas (120 hombres y 34 mujeres), cifra superior a las 120 de la pasada edición, completaron una prueba en la que se impuso el molviceño Ismael Bacas López, deportista que pertenece al CD Vas Motril y que invirtió un espectacular tiempo de 1:15.58. Segundo fue Jonathan Aguilera Bonilla, del CD Aguilera con 1:18.01; y tercero el motrileño Martín Calderay Macías, del Team Halcón con 1:18.09, a su vez primer clasificado local.
En la competición femenina se impuso, tanto en la general absoluta como en la clasificación local, la motrileña Luna Molina Gómez, del Club Deportivo Vas Motril con una marca de 1:44.02. Completaron el podio Tanya Castro García, del Team Halcón con 1:44.15; y María del Carmen Palma Pérez, del Atletismo Maracena con 1:45.09.
La prueba discurrió con vistas espectaculares por parajes de Motril, Gualchos Castell de Ferro y Lújar, y con Sierra Nevada a un lado y el Mar Mediterráneo al fondo. Los participantes hubieron de recorrer 18,5 kilómetros, toda vez que a lo habitual de todos los años se añadieron 700 metros, llegando a un desnivel positivo de 810 metros.
A partir del kilómetro tres la carretera se empinó sin tregua hasta la meta. Así, con una pendiente media de algo más del 5% en esos más de 14,5 kilómetros de subida, los tramos oscilaron entre el 1,9% del punto kilométrico 14, y el 8% de unos 700 metros finales en los que los atletas hubieron de superar las rampas muy pronunciadas y las de mayor porcentaje. En el aspecto solidario lo recaudado fue destinado a la Fundación Josep Carreras, concretamente al instituto de investigación contra la leucemia.