Pedro Rodriguez
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En el Ayuntamiento de Huelva se celebró, ayer jueves, el acto conmemorativo de las primeras elecciones municipales democráticas.
Los comicios se celebraron en el año 79, un vez celebrado el referéndum sobre nuestra Constitución del 78.
La ciudadanía se encontraba, entonces, muy expectante ante los comicios. Cuarenta años después, se puede decir que los vecinos, en general, no se han visto defraudados, a pesar de la escasa financiación y competencias transferidas por el gobierno central y las CC AA.
A pesar de ello, los Ayuntamientos constituyen un pilar esencial en el progreso, el desarrollo de las ciudades y en el bienestar de las personas.
El encuentro de concejalas y concejales de las diez corporaciones habidas en cuarenta años, en el Ayuntamiento de Huelva fue presidido por el alcalde Gabriel Cruz, el primer alcalde de la democracia, José Antonio Marin y el mismo que escribe.
Me invitaron a intervenir, y mi primera afirmación fue la de que los Ayuntamientos constituyen el. Corazón social del Estado, la administración más cercana al ciudadano, donde concejales y concejalas, actúan como verdaderos “políticos de proximidad”.
Recordé que en los 40 años de democracia, había tenido la suerte y el honor de ser 20, o sea, la mitad de los años, el alcalde de Huelva, la ciudad más antigua de Occidente. A cuyo puesto accedí con el apoyo de los onubenses y, acompañado, de un magnifico equipo de personas jóvenes y políticamente independientes.
“INFINITAMENTE MEJOR”
Iniciamos el camino desde el punto de partida de nuestro amor POR HUELVA, con la meta de llegada en el cambio urbanistico de la ciudad, la cohesión social y un mayor sentimiento de pertenencia de la gente a su tierra, historia, tradiciones, es decir, a su cultura ( onubensismo).
Lo primero que aprendí en el camino fue que la ciudad no es patrimonio de nadie. Cada Corporación municipal (4 años) trabaja, tiene proyectos, afán y sus sueños. Dejando las huellas correspondiente.
En el camino aprendí que si vas solo llega antes, pero si vas acompañado llega más lejos, sobre todo, si vas acompañado de concejales, asociaciones, movimiento vecinal...
En el camino aprendí que, en política, cobardía no es paz. Ni gobernar sonreir, y peor que mentir es callar la verdad.
La verdad de la verdad es que los Ayuntamientos democráticos forjan la cohesión social y territorial de pueblos y ciudades, basándose en la igualdad, la justicia y la solidaridad.
En el camino aprendí que la vida municipal exige tanta grandeza y generosidad personal que quien no tenga vocación de servicio publico la debe dejar, y no engañarse a si mismo ni a los demás.
Finalmente: Si recordamos como era nuestra ciudad, hace 40 años, y la comparamos con la actual, tendremos fácil concluir que, gracias al trabajo y la entrega de las diez corporaciones presentes en el histórico acto, Huelva está infinitamente mejor.