medioambiente
La hidroponía y la desalinización, herramientas contra la desertización en Huelva
Las lluvias torrenciales que arrasaron Valencia son el ejemplo de lo que llevan años advirtiéndonos los estudios climáticos
Huelva - Publicado el
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España está comenzando a sufrir las consecuencias del cambio climático, como se ha puesto de relieve con la DANA del 29 de octubre. Las lluvias torrenciales que arrasaron Valencia son el ejemplo de lo que llevan años advirtiéndonos los estudios climáticos, donde se estima que en España se extenderán las olas de calor, se producirán lluvias torrenciales con mayor frecuencia, y aumentarán las temperaturas de forma considerable.
Estos estudios también nos alertan de un incremento de la desertización en Huelva, un proceso al que ya estamos asistiendo y que previsiblemente se acelerará durante los próximos años. Los periodos prolongados sin lluvias incrementan la aridez del suelo, Y los episodios de lluvias torrenciales arrastran los nutrientes del sustrato, volviéndolo cada vez menos apto para el cultivo. Se trata de un desafío cada vez más complejo para las plantaciones agrícolas.
Ante la imposibilidad de controlar el clima, la industria agrícola debe invertir ahora en soluciones que le permitan sobreponerse a los efectos más perniciosos del cambio climático en nuestro país. A corto plazo, esta inversión pasa por soluciones como la compra de fertilizantes o la siempre de cultivos xerófilos, mientras que a largo plazo se hará necesario apostar por instalaciones hidropónicas con entornos controlados.
Los fertilizantes, al rescate
La compra de fertilizantes permite a los agricultores onubenses compensar en buena medida los problemas del sustrato derivados de la desertización. Los periodos de sequía aceleran la pérdida de nutrientes del sustrato, que empeora todavía más durante los episodios de lluvia excesiva. Los fertilizantes permiten recuperar esos nutrientes para que los cultivos sigan creciendo con fuerza, pero hay un serio problema en el proceso: su costo.
Específicamente, los fertilizantes basados en fósforo cuestan cada vez más, porque el fósforo es bastante escaso en la corteza terrestre. Para mitigar esto, los agricultores pueden hacer uso de un valorador Karl Fischer para analizar la composición del sustrato y determinar qué nutrientes son más necesarios para sus cultivos. De este modo se pueden hacer compras de fertilizantes que se ajusten solo a lo que requiere el terreno, sin gastar de más en nutrientes innecesarios.
Un entorno de cultivo controlado: la hidroponía
Los fertilizantes son un primer paso, pero no son el único. A medida que las condiciones climáticas empeoran, se hace necesario controlar mejor los niveles de temperatura y humedad de los cultivos, así como también debemos protegerlos frente a los episodios de lluvias torrenciales o granizo. Para esto es indispensable que los cultivos crezcan en un entorno cerrado, ya que de otro modo se podría perder una cosecha en cuestión de minutos.
Los invernaderos iniciaron un camino que ahora continúa con la hidroponía. Este tipo de cultivos no se siembran en la tierra, sino que lo hacen directamente sobre el agua. Sus raíces absorben los nutrientes desde el agua, de modo que solo hay que verter los nutrientes necesarios en un sistema de circulación para alimentar los cultivos. Además, los nutrientes no absorbidos no se pierden: siguen circulando para su absorción posterior.
La hidroponía presenta además otra ventaja clave: la producción por niveles. Mientras que las granjas tradicionales solo pueden sembrar tantos cultivos como les permita el suelo, la hidroponía permite instalar cultivos en un sistema vertical. Estos sistemas multiplican la cantidad de vegetales que se pueden cultivar en la misma área, lo que no solo reduce costos, sino que también incrementa de forma considerable los beneficios.
La desalinización y el reaprovechamiento del agua
Pese a que la hidroponía requiere de bastante menos agua que los cultivos tradicionales, sigue siendo necesario hidratar las plantas. El cambio climático está causando periodos de sequía cada vez más extensos en España, y por eso se hace necesario buscar soluciones que garanticen el suministro de agua. La desalinización es la solución ideal en el caso de Huelva, aprovechando sus extensas costas.
Sin embargo, la desalinización depende más bien de los gobiernos regionales, y no tanto de los agricultores. Lo que sí está en sus manos es instalar sistemas de reaprovechamiento del agua para que no se malgaste ni una gota. Esto incluye la captación del agua de lluvia en toda el área de la granja, así como la reutilización del agua empleada en los cultivos y en otras instancias de la producción agrícola. Esto les permite resistir mucho mejor el calentamiento global.